Analistas 02/04/2019

Un organismo vivo

Marc Eichmann
Profesor MBA Universidad de los Andes

Son contadas las oportunidades en las que, de manera sorpresiva y grata, la descripción de una cuestión compleja se resume en una comparación acertada, fina y con visos de genialidad. Un comentario como estos fue el que viví en días anteriores, de parte de una médica epidemióloga que pacientemente escuchaba la descripción estratégica, financiera y corporativa de una compañía.

La empresa de la cual se estaba hablando es una empresa que se preocupa por aspectos singulares, además de los ya conocidos retorno al inversionista, precio de la acción y Ebitda. Bajo su filosofía humanista, la transparencia en los nombramientos del personal, las condiciones de remuneración a los cargos más bajos y la procura proactiva de un ambiente armonioso entre las diferentes unidades de negocio hacen de la compañía una sinfonía bien afinada.

Esta empresa es como un organismo vivo- declaró la médica para después entrar al detalle de su analogía. Un organismo vivo no crece si sus células no crecen- dijo haciendo referencia a los trabajadores. A la larga, aquellas empresas que no motivan emocionalmente a sus trabajadores para que den lo mejor de sí, eso sí, sin sacrificar la exigencia en su desempeño, terminan en desventaja con la competencia. Aquellas que lo logran y lo mantienen tienen en su funcionamiento un comodín difícilmente copiable por otros.

En su visión humanista, para la empresa, sus accionistas y directivos es importante que el ambiente sea apropiado para el desarrollo profesional de sus trabajadores, y que estos se sientan a gusto realizando las labores que se les encomienda. El relacionamiento armónico entre los trabajadores, basado en el respeto, pero al mismo tiempo en la calidad de ejecución, es la base para lograr un ambiente de trabajo positivo.

Afirmó la médica de seguido -para que un organismo se desarrolle, sus diferentes órganos deben ejecutar sus funciones en concordancia, complementándose como una pareja de baile diestra.

¡Cómo es de difícil que en las empresas las unidades de negocio abandonen su visión de silo aislado y prioricen las metas corporativas por encima de las metas individuales! Por lo general se enfrentan visiones diferentes de la unidad comercial, que busca cumplir con sus metas de ventas, el área financiera que requiere rentabilidad y el área de producción que busca la eficiencia operativa, sin que por aquello las personalidades de los líderes corporativos termine de complicar las cosas.

La interacción entre las áreas es fundamental para el desempeño corporativo. Entender el funcionamiento de esta desde diferentes ópticas nos permite como trabajadores tener un entendimiento más acertado de las necesidades de los pares y responder mejor a sus necesidades. La actitud de servicio entre áreas, siempre bienintencionada y humana, permite que los trabajadores se enriquezcan de conocimiento y progresen profesionalmente.

Un organismo vivo se adapta a los cambios de su entorno, a diferencia de un ser inorgánico- concluyó. Una empresa deber ser capaz de adaptarse al cambio regulatorio o tecnológico y, a los cambios en el comportamiento de sus clientes. Si la dirección de una empresa logra que la compañía, con unas células fortalecidas y coordinada en sus funciones se adapte al entorno para maximizar el desempeño, es muy difícil que no sea exitosa en el mercado. Su desarrollo armónico es garantía de longevidad.

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