Hace poco leí en Twitter “cuanto más crítica es la situación, más cercana es la resolución del problema”. Nada más significativo para este momento. Recientemente, empresas privadas anunciamos el inicio de la vacunación para nuestros colaboradores. Un hito para las alianzas público-privadas que nos permitirá dar un paso gigante para ganarle la batalla al virus y para aportar en la reactivación económica.
La pregunta del millón es ¿qué podemos hacer para que Colombia pueda recuperar la senda de crecimiento económico que traía? La propuesta desde Tigo es clara y simple: insistir en el despliegue de redes 4G para cerrar la brecha digital. Los esfuerzos y sobre todo las inversiones públicas y privadas deben enfocarse en conectar a la mayor cantidad de colombianos, en el menor tiempo posible. Hoy lo que tenemos disponible, lo que tenemos a la mano, es la tecnología 4G; 5G sigue siendo experimental.
Colombia ya completa 10 años desplegando tecnología 4G. Y aunque los resultados han sido positivos, pueden ser mejores. De acuerdo con cifras oficiales, la penetración de 4G es de 44%. Lo he dicho en diferentes espacios y no me canso de repetirlo: hoy aún tenemos a más de 10 millones de colombianos que se conectan a internet móvil vía redes 2G y 3G. Eso es como si hoy, en pleno siglo XXI, tuviéramos a más de 10 millones de compatriotas viendo televisión en blanco y negro. No es un tema menor, se trata de una deuda que, como país, como sociedad, tenemos con millones de personas.
Para ponerlo en perspectiva, basta ver el dato del costo de los celulares. Así aterrizamos los conceptos. Actualmente, los usuarios pueden encontrar terminales que soportan la tecnología 4G a costos que van desde los $200.000 en adelante. Ahora, los pocos equipos que pueden soportar 5G tienen costos que van entre los $5.000.000 y $8.000.000, (con el valor del dólar frente al peso en aumento y eso para cuando se comercialicen en el país). Se trata de un tema de acceso básico: ¿con qué poder adquisitivo cuenta la mayoría de los colombianos?
Para finalizar, se debe tener en cuenta que la última subasta de espectro en el país recién ocurrió en diciembre de 2019. Esta significó importantes compromisos de cobertura 4G para los participantes. Particularmente para Tigo, tenemos obligaciones de cobertura que incluyen la Colombia rural profunda con más de 3.600 poblaciones pequeñas con muy pocos habitantes. ¿Cómo cambiará la vida de estos colombianos con la llegada de internet en un escenario poscovid? ¿Cómo cambiará su economía?
Desde el punto de vista de los operadores, es muy complejo llevar a cabo el despliegue de dos tecnologías en paralelo. En la industria es un secreto incomodo decirlo, pero 5G requiere inversiones astronómicas. Lo cierto es que, el sector necesita espectro a costos asequibles y aceleración del 4G. Porque, así nos sonroje decir esto, cualquier inversión realizada en 5G se traducirá en una disminución de recursos para 4G, y esto al final del día aumentará la brecha digital.
Habrá un mañana después de la pandemia. En algún punto esta pesadilla llegará a su fin y será el momento de tomar medidas, concretar planes y poner en marcha un esfuerzo colectivo sin precedentes para que las naciones en general, y los ciudadanos en particular, se recuperen de esta crisis. Las vacunas nos ayudarán a terminar con esta pesadilla y el 4G nos permitirá levantarnos como el ave fénix.