Después de esas conversaciones con amigos, en las que usualmente pretendemos salvar el mundo, entramos a discutir la convivencia de lastres generaciones en un mismo ambiente laboral, que hoy en día se convierten en la combinación perfecta para cualquier organización en una situación de win to win.
De acuerdo a la empresa de reclutamiento Manpower, la composición generacional en las compañías está integrada en primer lugar por los dueños de las empresas, los Baby boomers, nacidos entre 1946 y 1964; los gerentes que serían la Generación X, nacidos entre 1965 y 1976; y los Juniors por la Generación Millennials, nacidos entre 1977 y 1996. De tal forma que el 85% de los profesionales se relaciona en el trabajo con personas de al menos tres generaciones.
La exigencia de una convivencia generacional asegura un futuro en la expansión, y creería que surge al entender que las generaciones más antiguas se están reduciendo, es por ello que se debe retener a los mejores talentos a partir de crear experiencias personalizadas, flexibilidad hasta en la corbata, apostar por el desarrollo y volverse social, se trata de ser humano dentro del derecho laboral.
“If I had asked people what they wanted, they would have said faster horses.” –Henry Ford. Esto es lo que estamos haciendo hoy. La experiencia da conocimiento pero no puedo ser un tipo inteligente que nadie tolera, que los partners odian, y añoran que salga a vacaciones; pero también hay una falta de valor a la lealtad de la gente que gasta su vida en una compañía y el maltrato por ser los antiguos, sin entender que pueden ser sus papas, los viejos de quienes hablamos, esa poca integridad no sirve pues el que llega tiene cosas nuevas pero el viejo tiene su experiencia y hay que reconocer sin dañar la fusión. Agregar un valor a la compañía es un tema largo y el éxito de las empresas es por la gente que tiene y muchas se quedan, por como asimilan sus colaboradores.
Hay que ver el potencial de converger la transacción generacional, una estructura de levantarse temprano y de retirar protocolos mas allá del resultado, donde todos somos conscientes de las necesidades. Una constante evolución no con un caballo más rápido, cuando en realidad debíamos estar pidiendo un carro volador e integridad, intentando algo distinto nos acercamos mucho más. Una gestión también para recursos humanos, al lograr manejar las motivaciones y centrarse en la seguridad de que todos ganen, la fuerza de cualquier proyecto sería exitosa; nos sentiríamos en equilibrio de la balanza del win to win, algo que solo si creemos que todos ganan habrá crecimiento asegurado, sin necesidad de grandes inversiones más que cuidados emocionales y atención en las personas consiguiendo que sea una compañía universal y llegar a compaginar diferentes perfiles socio culturales en un mismo equipo.
Definitivamente esta triada es un reto empresarial para explotar lo mejor de esta convivencia, de que las personas, las tres generaciones y que la empleabilidad nómada laboral de país a país, se adapte en una situación donde todos tenemos que caber, a partir de transformar el sistema laboral en algo más, donde una persona que no se adapte no es un buen profesional.