Hace menos de una década las alertas de viaje del Departamento de Estado (el Travel Warning) pedían a sus viajeros evitar cualquier región de Colombia. Todo el territorio estaba vetado. Incluso hasta hace unos seis años permanecían alertas que sugerían limitar las estancias a las ciudades, permanecer en grupos y no tomar taxis en la calle porque podrían ser asaltados, golpeados o, incluso, secuestrados.

Las advertencias estadounidenses y las de muchos otros países fueron durante lustros un dolor de cabeza para los gobiernos, las agencias de promoción y los operadores turísticos y, aunque el país progresaba en seguridad, no había manera de que alguien afuera lo reconociera.
Ya no estamos en la lista roja y, aunque se mantienen reservas en algunas regiones apartadas, Colombia vive el comienzo de una nueva historia. Mientras en 2010 arribaron 2,6 millones de visitantes en 2017 fueron más de seis millones.

Hace dos semanas el Departamento de Estado divulgó el último informe global que ahora llama “recomendaciones de viaje” y, como novedad, presentó un nuevo formato que califica la seguridad del destino entre 1 y 4, siendo 1 la categoría de “tomar precauciones, porque todos los viajes internacionales implican un cierto riesgo”.

El informe sitúa a Colombia en el “Nivel 2 - Tomar mayores precauciones”, lo que desató una tormenta mediática que daba por sentado que regresábamos a la mala percepción de otros tiempos. La Embajada de Estados Unidos en Bogotá explicó que ese nivel implica apenas tomar mayores precauciones y como ejemplo citó que en la misma categoría están Francia, Gran Bretaña, Bélgica e Italia.

Otras zonas colombianas, donde se mantienen factores de violencia, se encuentran en Nivel 3 “Reconsidere su viaje” y Nivel 4 “No viajar”. A medida que avance la paz cada vez habrá menos territorios vedados.
El nuevo sistema deja de mostrar al país como un todo y lo desagrega en ciudades y localidades específicas para reseñar los sitios que tienen más riesgo para los viajeros estadounidenses.

La seguridad, la promoción persistente y la gestión de gobiernos dieron sus frutos, con su punto culminante en los acuerdos de paz. Ahora persiste la certeza de que comenzó una nueva era en la historia de Colombia. Es así como lo han reseñado medios internacionales de primerísima línea y ya somos destino recomendado en todo el mundo.

Colombia ha mejorado sustancialmente su imagen, eso es lo que refleja el travel warning, luego no es objetivo ver el informe como negativo, o acaso ¿pasar de 4 a 2 no es una excelente noticia?

Que Estados Unidos haya cambiado la percepción de nosotros es una noticia muy importante. Son el principal emisor de turistas al país, con un crecimiento de 5,9% en los primeros 11 meses de 2017 frente a 2016, según estadísticas oficiales. Además, son los que más gastan en turismo (después de China).

Ahora debemos prepararnos para recibir a muchos turistas y en ese sentido es básico que nos concentremos y miremos las oportunidades que se presentan, para que este sea realmente un sector de desarrollo económico y de prosperidad. Debemos tener una sólida institucionalidad, una promoción asertiva, fácil de entender y de comunicar, y normas y regulaciones claras para el ecoturismo, para sacarle el máximo provecho a la mayor virtud del país, que es su extraordinaria megadiversidad geográfica y cultural.