Analistas 14/07/2025

Estar dentro del fuego

María Claudia Lacouture
Presidenta de AmCham Colombia y Aliadas

“La vida no se intenta, apenas se sobrevive, si te quedas fuera del fuego”, dice Garth Brooks en su canción ‘Standing Outside the Fire’, cuya letra se me viene a la memoria en esos momentos en los que vivimos con intensidad la vida política y social colombiana, en circunstancias en las que podemos observar el agua sin mojarnos y sentir en fuego sin quemarnos, apartar la vista, dejar que las circunstancias fluyan a su manera sin involucrarnos.

La metáfora de “pararse fuera del fuego” representa a quienes evitan los riesgos por miedo a salir maltrechos, cuando la vida verdaderamente vivida requiere involucrarse plenamente, incluso cuando eso significa exponerse a la tristeza, el rechazo o la pérdida. Quedarse fuera del fuego es más seguro, sin duda, pero también más vacío. Tenemos derechos y libertades, pero hay que luchar por ellos.

Son decisiones y formas de entender la vida personal y los aconteceres del entorno, es una frase que sacude, que llama al coraje, que nos recuerda que vivir de verdad implica riesgo, decisión y propósito, un poderoso llamado a la valentía emocional y a vivir una vida plena, incluso si eso significa arriesgarse al dolor y al fracaso.

Como sociedad estamos en un momento donde no arriesgar puede ser perderlo todo. Y cuando hablamos de eso, hablamos de lo que está en juego: la democracia, la confianza en las instituciones, el rumbo económico, el futuro de millones de colombianos.

En momentos como este, el país espera más que nunca decisiones claras y responsables. La falta de acción o el titubeo pueden tener un costo alto para el futuro de todos. La pobreza golpea a más del 31% de los colombianos, el desempleo juvenil supera el 16% y más del 55% de los nuevos trabajos son informales. La economía creció apenas un 1,7% en 2024 y el 2025 no promete mucho más. Y mientras tanto, solo 3 de cada 10 colombianos confían en el Gobierno Nacional, es decir, la confianza, el progreso y la esperanza están en riesgo.

En medio de este panorama, lo que menos necesita Colombia es mezquindad política, cálculo egoísta o polarización estéril. Mucho menos, poner en duda la transparencia del proceso electoral o la legitimidad de las instituciones encargadas de garantizarlo. No se construye confianza sembrando sombras. Las elecciones de 2026 deben realizarse con transparencia, garantías y respeto. Es momento de unidad, de propósito común, de priorizar lo que nos une por encima de lo que nos divide. Y lo que nos une es Colombia.

El país necesita que quienes creemos en la democracia, en la institucionalidad, en la libertad y en el trabajo honesto, nos arriesguemos. Que no miremos desde la barrera cómo unos pocos debilitan las instituciones, cuestionan la legitimidad del sistema electoral o siembran dudas sobre el futuro de nuestra democracia.

No se trata de heroísmos individuales, sino de valentía colectiva, quienes entran al fuego tienen una oportunidad real de cambiar las cosas, dice Garth Brooks (“Those who dance within it are the ones that have a chance)”.

Colombia necesita esa oportunidad. Pero requiere que todos -sin mezquindad, sin protagonismos, sin cálculos, sin miedo- demos un paso al frente. No es momento de quedarse callados, no es momento de mirar desde lejos… es momento de arriesgarse por la democracia, por lo que somos, por lo que podemos ser. Porque eso, justamente, es lo que está en juego.

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