Un futuro para las manufacturas
El comercio internacional se está reconfigurando, por lo que Colombia debe replantear su estrategia de inserción en los mercados globales y girar hacia cadenas cercanas de suministro, más ahora cuando nuestros dos principales productos de exportación, el petróleo y el carbón, están severamente afectados y el turismo, un gran generador de divisas en los últimos años, también ha sufrido y seguirá sufriendo un impacto muy fuerte.
Para fortalecer y darle valor a la cadena con Estados Unidos, el mayor comprador del mundo, se podría proponer una modificación a las normas de acumulación de origen del que se beneficien aquellos países del continente que tengan un Tratado de Libre Comercio para vender a este mercado un producto hecho en las américas y, por otro lado, adoptar la legislación internacional de comercio electrónico que permita fortalecer y generar mayores facilidades de exportación.
En las últimas décadas el costo de producción ha sido una de las variables más determinantes en las cadenas globales de suministros, pero las tensiones comerciales y la pandemia del coronavirus incorporaron dos factores esenciales para la toma de decisión, como el riesgo y la resiliencia, o su capacidad para adaptarse a los cambios y a las crisis.
Ahora las empresas están obligadas a identificar la vulnerabilidad de las cadenas lejanas, a cuantificar el riesgo de la interdependencia, conocer las limitaciones de capacidad de los proveedores y al mismo tiempo diversificar las fuentes, buscar proveedores más cercanos, minimizar cualquier pérdida de capacidad y calidad del producto, construir existencias de componentes críticos y examinar cuellos de botella.
Según la OMC, a las fuertes caídas de este año en el comercio internacional le seguirá una recuperación importante en 2021 y lo novedoso es que se dará en productos diferentes y ocurrirá en países distintos a los tradicionales y es allí donde los nuevos conceptos de cadenas regionales toman fuerza.
Un estudio de Araújo Ibarra Consultores señala que varios de los sectores productivos de mayor importación en EE.UU. se desarrollan en Colombia y podrían encajar en esas nuevas cadenas de suministros. Se tiene al menos 100 productos con buenas posibilidades en este momento. Es importante anticiparnos a mover las fichas, investigar y explorar, aprovechar nuestras ventajas comparativas de cercanía con los estadounidenses.
EE.UU. está buscando mecanismos para mantener su economía al tiempo que logra generar proveeduría cercana apostándole a reforzar la producción local, fortalecer sus cadenas y generar empleo.
En la última semana, Francia, Alemania o Japón han hecho contundentes y claros pronunciamientos sobre la necesidad de reducir la dependencia de subproductos e incluso Japón anunció que desembolsará miles de millones para ayudar a sus fabricantes a sustituir lo que demandan de China.
En el caso colombiano hay consenso en que se debe reactivar el sector manufacturero mediante la sustitución de importaciones, mirar las oportunidades de nuevos productos, avanzar en comercio electrónico e integrarse a las cadenas de suministro cercanas. La pandemia y la inestabilidad del petróleo nos fuerzan a tomar medidas y movernos hacia un nuevo modelo económico de integración del país al comercio internacional.