Un hito tecnológico o una amenaza
“La inteligencia artificial (IA) ha sido una de las tecnologías más revolucionarias del siglo XXI. A medida que se vuelve más sofisticada, su impacto en la sociedad es cada vez mayor. Sus beneficios son innegables, pero también hay riesgos que deben ser considerados.
La IA puede analizar grandes cantidades de datos y hacer predicciones precisas, lo que permite una mejor toma de decisiones y una mayor eficiencia. En medicina, puede ayudar en la detección temprana de enfermedades y en la investigación de tratamientos más efectivos. En el transporte, puede ayudar a crear sistemas de conducción autónoma más seguros y eficientes. En la educación, puede personalizar el aprendizaje y mejorar la accesibilidad. En la fabricación, puede optimizar la producción y reducir los costos.
Otro riesgo es la falta de transparencia y ética. A medida que la IA se integra en la toma de decisiones y en la vida cotidiana es importante garantizar que se utilice de manera responsable porque existe el riesgo de que se use para fines malintencionados, como la vigilancia masiva y la manipulación de la información. Se deben implementar regulaciones y políticas que aborden los riesgos de la IA y se fomente el uso ético de la tecnología”.
Hasta aquí los primeros párrafos de la respuesta que me dio la página del ChatGPT en 20 segundos cuando le pedí que escribiera un artículo sobre los alcances y riesgos de la IA. Es un análisis simple, pero puede hacerlo mejor si se le dan otras variables porque consulta millones de millones de datos y los redacta de forma correcta en segundos.
Y en el mismo tiempo puede hacer una tesis o un tratado de energías renovables y puede hacer versiones distintas de un mismo tema: todos los estudiantes de un mismo curso podrían hacer la tarea con la misma pregunta sin ser descubiertos. Le pedí al ChatGPT hacer una novela policiaca en Manizales y me sorprendió la fluidez y coherencia del relato. Y entre más datos se le den, más cerca estará de lo que se quiere.
Han comenzado a proliferar varias otras herramientas de contenidos de texto, o para hacer ilustraciones o modificar imágenes. Ya vimos fotografías falsas pero hiperrealistas de la captura de Donald Trump y del Papa Francisco envuelto en un abrigo de plumas. En las redes sociales proliferan ejemplos de los más variados alcances.
Un grupo importante de ejecutivos de la industria tecnológica pidió una pausa en el desarrollo de esas poderosas herramientas hasta aclarar que no constituyen una amenaza para la humanidad. Italia bloqueó el acceso al ChatGPT por considerar que vulnera las políticas de privacidad, expone a menores a contenido inapropiado y puede difundir información errónea.
Es necesario analizar los alcances, los riesgos y las posibilidades de la IA porque el asunto no es lo que hace ahora sino lo que puede llegar a hacer. En cualquier caso, es una oportunidad para revisar el sistema educativo y hacer más pertinente la formación del talento humano en relación con las actividades productivas del país.
Las reformas que propone el Ejecutivo y tramita el Legislativo deben profundizar más en esos aspectos que en ahogar con cargas y recargas al sector empresarial que ya está padeciendo el rigor de las modificaciones tributarias. La Inteligencia Artificial debe estar al servicio del empleo, de la producción, de la innovación y del emprendimiento.