Analistas 05/04/2018

La creatividad no se improvisa

María Fernanda Hernández
Experta en lujo internacional

Como emprendedora y en mi oficio como curadora de imagen oigo con frecuencia afirmaciones como: “yo no soy para nada creativo (o creativa según el caso)”. “De dónde se te ocurren esas cosas, yo no pensaría nunca en eso…”. “Hay que ser un artista para hacer eso…”.

Y es que existe el mito que uno o es creativo o no lo es. O se es creativo o se es metódico, o se es innovador o se es riguroso. Cuando en realidad todos tenemos la capacidad de ser creativos, la creatividad es un modo de pensamiento, no tiene que ver con coeficiente intelectual ni con talento innato, es un hábito que se puede desarrollar y cultivar.

Porque la creatividad no es siempre lógica, parece fortuita. Sin embargo, es realmente acerca de permitirse jugar con los cánones preestablecidos. Es darle vueltas a un asunto, sin presiones de tiempo, con paciencia y método. Porque la creatividad se da en el subconsciente hay que alimentar la mente con conocimiento acerca del tema que nos concierne. Entender el tema, la problemática, los jugadores… nuestra mente se encargará de encajar las piezas en los momentos menos esperados.

Es también importante darle espacio y tiempo a la creatividad. Alguna vez asistí a la charla de un comediante muy famoso y decía que tenía un horario diario para generar nuevas ideas. Eso fue una revelación para mi. ¿Programar en la agenda diaria un tiempo para crear? Pero claro, volverlo parte de su rutina diaria, dedicarle tiempo regularmente le permite enfocarse, evitar distracciones y le asigna un tiempo en su vida para soñar.

Hay quienes en cambio asignan un espacio, una mesa, un tablero, un cuaderno. Elementos físicos que a punta de un uso recurrente determinado se vuelven detonantes para la creatividad. Las nuevas ideas casi nunca llegan como frases estructuradas, sino como imágenes, colores, sensaciones… tener un lienzo donde plasmar esas ideas para después concatenarlas puede facilitar enormemente el proceso.

Michael Phelps por su parte, tiene una rutina con música antes de nadar, al preguntarle al respecto dijo que oye hip hop, pues le ayuda a enfocarse y visualizar lo que viene. Efectivamente hay estudios que muestran que la música facilita el proceso creativo neural. Hay tipos de música (y esto varía según la personalidad de cada quien) que estimulan el proceso mental haciéndonos más creativos en la resolución de problemas. Todos lo hemos sentido alguna vez, la música puede cambiar nuestra energía, motivación y emoción en un instante, es una herramienta poderosa, y los expertos aseguran que la intensidad de la respuesta emocional perdura después que se ha detenido la música.

El ingrediente mágico de la creatividad es la retroalimentación. Todos tenemos ideas buenas y malas, la mayoría serán mediocres, que necesitan trabajo y reformulación. No obstante, encerrarse en un vacío no es tampoco conveniente. Una idea sólo es buena si es ejecutable, comprensible y aplicable a otros. Hay que someter las ideas a la crítica y los ojos de otros. Pero todo tiene un tiempo, y las nuevas ideas no se deben exponer a juicio de otros antes de tiempo. Los interlocutores deben escogerse de manera estratégica que aporten perspectivas complementarias a la propia. Sus preocupaciones y dudas serán material valioso en la siguiente ronda creativa, evitando la trampa de quedarse sólo con lo que se quiere oír.

En conclusión, la creatividad es un músculo y como tal, ¡hay que ejercitarla!

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