Voto a la Presidencia de la República por un candidato que no haga falsas promesas, que no se aproveche del descontento y las necesidades de los ciudadanos para generar expectativas imposibles de cumplir, solo para ganar votos. Si bien las recientes cifras de crecimiento económico son muy positivas, el descontento es generalizado y los efectos de la pandemia y el paro nacional aún se sienten. Los niveles de pobreza, desempleo e informalidad en Colombia son preocupantes, además de la corrupción rampante y los politiqueros, que usan el servicio público como mecanismo de enriquecimiento, y no como una herramienta para servir.
Todos los candidatos dicen ser “el cambio” pero en realidad ninguno lo puede prometer plenamente. Colombia saldrá adelante con objetivos y planes de acción claros y trazables, medibles, entendiendo que las soluciones definitivas no se alcanzan en cuatro años, pero sí se pueden sentar las bases de reformas y cambios estructurales en el marco de la democracia. Voto por un candidato que defienda y promueva la empresa como motor de la economía y generador de oportunidades sociales. Quien respalde y proteja las empresas de todos los tamaños: desde los micronegocios hasta las grandes compañías. Porque empresas no son solo las grandes, las formales, “las de los ricos”. Empresa es la de la señora que vende arepas en la calle, la del emprendedor que está luchando por sacar sus ideas adelante, y la gran empresa con operación en varias ciudades y países. Cada empresa según su tamaño y nivel de formalidad tiene retos y realidades diferentes. Sin embargo, todas comparten el valor supremo de la generación de valor, porque una sociedad sin empresas está destinada a la pobreza.
Voto por quien se comprometa con la educación como eje fundamental del desarrollo de nuestro país y que no diga más de lo mismo. Voto por quien además de la retórica, presente planes concretos y no se quede en los lugares comunes. Tenemos mucho trabajo por delante, recuperar el tiempo perdido por la virtualidad es una obligación, pero también, tener la capacidad de poner en marcha las reformas estructurales que el sistema educativo necesita: el PEI, la cualificación docente,las metodologías de enseñanza, el sistema general de participación que permita más recursos para invertir en calidad, son algunas de las reformas prioritarias.
Voto por quien se comprometa con reformar el Sena, entre otras medidas que requiere la educación técnica y tecnológica. Los jóvenes quieren oportunidades, las empresas necesitan capital de trabajo capacitado, pero estas dos fuerzas no se están encontrado eficientemente y el Estado no está haciendo lo suficiente en este frente.
Voto por quien se comprometa con la agenda del Valle del Cauca. Son varios proyectos en los que hemos venido trabajando regionalmente y los cuales requieren que el Gobierno entrante se comprometa con su continuidad. Para citar algunos ejemplos tenemos el Tren de Cercanías del sur del Valle, la nueva concesión del Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, el dragado de profundización del puerto de Buenaventura, la vía Mulaló - Loboguerrero, la red terciaria, el corredor Cali-Rumichaca, la conexión Pacífico Orinoquía, el ferrocarril del Pacífico, la segunda línea de transmisión a Buenaventura, así como la agenda social de la ciudad-puerto a través del FonBuenaventura. No mencionó la vía Buga-Buenaventura porque según los cronogramas, este gobierno la dejará adjudicada. Es sin duda es una de las obras más importantes para la competitividad regional y nacional.
Voto por quien tenga propuestas serías para Colombia, construidas desde y con las regiones. Por quien respete a los ciudadanos votantes y nos conquiste, no a partir de promesas mágicas y la polarización sustentada en ideologías trasnochadas, sino con su compromiso genuino con soluciones reales. Ese candidato, tiene mi voto.