Analistas 03/08/2021

Aviso de empleo

María José Zuleta González
Profesora Inalde Business School

Importante empresa requiere con urgencia profesional NO mayor de 44 años, NO menor de 26, con experiencia NO mayor a 15 años y NO menor de 3, con NO más de dos diplomas y NO menos de uno, NO más de 3 idiomas y NO menos de 2, sin familia fuera de la ciudad de trabajo y sin hijos.

Para una persona que busca empleo leer condiciones como la expuesta al comienzo de esta columna debe de ser muy preocupante. Cumplir con este tipo de condiciones es muy difícil y, en algunos casos, imposible desde la física. Necesitar empleo es mucho más que necesitar trabajo y oímos con frecuencia la frase: “trabajo hay, lo que no hay es gente que quiera hacerlo”. Si bien puede ser una premisa acertada en algunos casos, la individualidad hace que el acceso a un empleo sea un proceso mucho más complicado de lo que aparenta ser. Por un lado, nos concentramos en dar mensajes acerca de la autovaloración, de las competencias y habilidades que se requieren para trabajar y, por otro, enviamos el mensaje de trabajar en lo que se pueda con la remuneración que sea.

Hay que trabajar, pero si hemos elegido ser empleados, lo primero es conseguir el empleo, lo segundo sentirse satisfecho y útil, y lo tercero, sentirse reconocido. Y la remuneración es una forma excelsa de reconocer. En las reuniones informales se dice con humor que la mejor forma de que le ofrezcan a una persona empleo es que esté empleado, y parece ser cierto. Supongo que es probable que los empleadores piensen que si una persona tiene empleo y está bien referenciada es que es un buen empleado y por eso vale la pena ofrecerle otro. Aquí la primera pregunta: ¿será que uno es un empleado de estos?

En Colombia, los mayores de 50 años sin empleo sufren de la angustia que ofrece la dicotomía del mensaje de trabajo, empleo, remuneración y realización personal. Son personas laboralmente activas, seguramente con necesidades básicas abundantes y que, con seguridad, en la labor de buscar empleo se han sobrecapacitado haciendo de la tarea de la búsqueda una combinación de mensajes. Por un lado: “No disponemos de un trabajo para personas calificadas altamente como usted” y por otro: “¿Para qué ha estudiado tanto si va a tener un empleo malo?”. No hay empleos malos, hay remuneraciones y cargos que no son los anhelados, pero son empleos, y lo fundamental es mantener un perfil de empleabilidad para que haya oferta de empleo. Aquí la segunda pregunta: si estoy sin empleo y necesito uno, ¿qué oferta aceptaría?

La clave no consiste en simplemente conseguir empleo, sino mantener la condición de empleabilidad, que es la capacidad personal de adaptarse a las necesidades del mercado laboral. Para ello, primero que todo, es fundamental reconocer las habilidades blandas: sea amable, empático, sociable, comunicativo, mejor dicho, caiga bien, esfuércese en hacerlo; y segundo, las habilidades duras: aprenda mucho de un tema, una tarea o una especialidad y esta hágala bien y con rapidez. El empleo tiene que ver con la simpatía y la eficacia. Para los empleadores: los mayores de 50 pueden trabajar y seguramente aportarán mucho a la empresa. Para los que buscan trabajo: no se conforme, adáptese al mercado y a la oferta; como decía mi suegra: “No se ponga regodiento”.

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