Perspectivas para la industria de acero
La pandemia ha generado un fuerte sacudón en las dinámicas del comercio exterior, entre ellas las del acero. Diversos factores han ocasionado una escasez mundial de este insumo esencial para la construcción y Colombia no ha sido la excepción.
Por fortuna el país cuenta con una industria siderúrgica nacional madura y confiable que, a pesar de dinámicas internacionales como la guerra comercial entre EE.UU. y China, ha podido sobreponerse, logrando no solo satisfacer la demanda interna sino también aportar al desarrollo por medio de empleos de calidad y un inmenso aporte tributario.
El primer semestre de 2020 tuvo un gran impacto en la industria del acero a nivel mundial, tanto en términos de producción como de demanda. El precio internacional cayó por el piso y a su vez la producción se redujo a niveles históricos producto de los confinamientos del segundo trimestre del año.
A excepción de China, todos los países redujeron su producción durante el primer año de la pandemia, y es justamente el gigante asiático el principal causante de los abruptos cambios que ha tenido el mercado durante los últimos meses. La razón es que pasó de ser exportador en 2020 a ser importador ya que su demanda interna superó la producción. Las exportaciones de acero de China el año pasado cayeron 67% mientras que sus importaciones crecieron 150%.
En el segundo semestre del 2020 se vivió una dinámica totalmente inesperada producto de diferentes factores. La reducción de la oferta mundial de acero coincidió con un aumento inesperado en la demanda a raíz de las políticas públicas que incentivaron la construcción en todos los países.
Justamente este proceso de recuperación económica, que ha generado un aumento inusual en la demanda, ha hecho que todos los países productores prioricen su mercado interno y se reduzca la llegada de acero extranjero a países como Colombia. Comparando el primer y el cuarto trimestre de 2020, la producción de acero colombiano tuvo un crecimiento de 13%, mientras que las importaciones registraron una caída de 35%.
En la actualidad, las múltiples obras, tanto públicas como privadas, especialmente los proyectos de vivienda y las vías 4G y 5G, son realidad gracias al acero hecho en Colombia. Sin una industria siderúrgica nacional consolidada hoy sería imposible depositar en la construcción toda la confianza para jalonar la recuperación económica del país.
Con el propósito de ser cada vez más competitivos, en los últimos cinco años, la industria del acero local ha invertido más de US$620 millones, aumentando en 26% su capacidad instalada. Una muestra de ello es la reciente inauguración de la nueva planta de Ternium, en Palmar de Varela, la cual tuvo una inversión de más de $270.000 millones.
Por todo esto, y de cara al difícil camino que se espera traigan los próximos dos años, es necesario tomar medidas que garanticen la disponibilidad de las materias primas y estabilicen tanto la producción como el precio del acero. Actualmente el mineral de hierro y la chatarra, insumos que representan 64% del costo de su producción, se encuentran con precios históricamente altos con aumentos de 58% y 44% respectivamente en el mercado internacional, lo cual termina afectando los costos de vivienda. Por lo que es urgente, por ejemplo, controlar la exportación de chatarra y priorizar su uso para el mercado interno.
Al igual que sucede con la construcción y el acero, hay múltiples sectores de nuestra economía que deben ser el punto de partida para la recuperación económica del país. Debemos trabajar para fortalecer la industria nacional, la cual es generadora de empleos legales y estables que promueven el desarrollo, el mejoramiento de la calidad de vida y, sobre todo, la capacidad de adquisición por parte de los ciudadanos, hecho que termina siendo el gran dinamizador de sectores como el comercio y los servicios.