Mujeres en carreras Stem
Al analizar los números generales referentes al papel de las mujeres en la Ciencia hoy en día, nos damos cuenta de que ya se ha recorrido un camino importante. Una encuesta del British Council con la Unesco muestra que, en América Latina, las mujeres representan 46% del público total de investigadores de la región y, por lo tanto, se encuentran prácticamente en paridad numérica con los hombres. En 2020, cuando estas instituciones realizaron la encuesta por primera vez, éramos solo 33%.
Sin embargo, cuando miramos los números por país los datos difieren. De hecho, en algunos lugares de América Latina las mujeres en carreras Stem (acrónimo de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) son menos de 20% del total de profesionales. Muchas no se animan a seguir carreras que, durante mucho tiempo, se consideraron masculinas, donde además deben enfrentar y superar los prejuicios dentro de su propia familia de origen, los de sus colegas y, posteriormente, los del mercado laboral, especialmente si deciden tener hijos.
Cambiar este escenario es importante para nosotras y las generaciones futuras. Como directora de Research & Engineering (R&E) de Kimberly-Clark para América Latina, percibo la importancia de contar con mujeres para todos los roles de la compañía, brindando sus visiones y talentos a todas las áreas.
La diversidad en el desarrollo de productos, servicios y tecnología es positiva para las consumidoras y consumidores, pero va más allá. Hay una cuestión muy seria que surgirá en el futuro de nuestras niñas: a medida que dejemos de tener mujeres capacitadas en áreas Stem, más mujeres se quedarán fuera de la fuerza laboral. Las proyecciones del mercado señalan que la mayoría de las funciones profesionales existentes en la actualidad desaparecerán en las próximas tres décadas, y 75% de los trabajos futuros requerirán habilidades Stem y STI.
Es por eso que las mujeres y los hombres necesitan cambiar el mindset en las empresas y en sus familias. Necesitamos alentar a las niñas, como se hace con los niños, a seguir la carrera que deseen, sin caer en la tentación de dividir las habilidades por género. Esto se puede lograr en el día a día, orientando a nuestros equipos, hombres y mujeres, a estar siempre atentos a los sesgos inconscientes para que, como un solo equipo, podamos superar los prejuicios establecidos.
En Kimberly-Clark respetamos la individualidad y trabajamos para que todos los colaboradores tengan esta mentalidad de que, independientemente del área, las mujeres tengan la misma oportunidad para desarrollarse y trabajar, de manera empoderada, en cualquier área de la empresa. En mi opinión, esta es una forma de cuidar a las personas - dentro y fuera de la organización.