El pasado que no volverá
miércoles, 3 de diciembre de 2025
Mario Alejandro Valencia
Muchas de las propuestas esgrimidas por algunos sectores de la sociedad y la política consisten en volver al pasado y, en palabras de ellos, recuperar el terreno perdido en los últimos cuatro años, para que el país vuelva a ser igual a 2022.
Estos sectores que lamentan lo ocurrido durante el gobierno del Presidente Petro, han perdido mucho terreno y difícilmente lo volverán a recuperar, en buena medida porque siguen desconociendo las razones que motivaron el cambio. Ese mundo al que añoran regresar ya no existe y la población lo sabe.
Muchos de quienes hoy plantean la solución a una catástrofe inexistente fueron los directos responsables de convertir a Colombia en uno de los países más desiguales del planeta, con niveles de pobreza escalofriantes, con muchas de sus regiones más ricas en biodiversidad sumidas en el atraso, con millones de personas sin electricidad, ni agua potable, el campo arruinado y la industria desmantelada.
Realmente lo que quieren recuperar no es la posibilidad del progreso y la modernidad para el país, sino sus propias actividades rentistas que los convirtieron en conglomerados millonarios, en medio de la precariedad laboral y la exclusión social. No se engañen, no odian al gobierno por no haber desarrollado al país, sino porque si en algo ha sido efectivo es en demostrar que una nueva economía es posible y avanza con éxito.
El país de hoy no es muy diferente en su estructura a ese país construido por esas elites, es cierto. La pobreza, la falta de competitividad y su incapacidad productiva siguen siendo el reto principal y lo será por muchos años. Sin embargo, las cifras -que los mortifica- sí están demostrando que otras actividades de mayor valor agregado y el camino emprendido hacia la transformación productiva, está generando resultados macroeconómicos positivos.
Para el primer semestre de 2025, las exportaciones no minero energéticas crecen 21,7%, los ingresos de capital extranjero crecen 32 %, la inversión extranjera no extractiva crece 9 % y el PIB, las ventas y los empleos muestran consistentes crecimientos. En lo corrido del año, a octubre de 2025, el número de empresas matriculadas crece 10,3 % y las matrículas canceladas se reduce en 26 %.
Todo demuestra, incluso la fortaleza de la moneda, que ni los mercados ni las empresas han dejado de creer en el país, y que -por el contrario- comienzan a identificarse con la transformación productiva hacia un modelo que supere -por fin- el extractivismo y el rentismo. El pasado no volverá porque el presente está generando más riqueza nacional traducida en mayor bienestar.