La generación de los baby boomers, así llamados en Estados Unidos los nacidos entre 1945 y 1965, ha producido la mayor cantidad de valor en la historia de la humanidad. Su total dimensión es difícil de dimensionar y ahora dicha generación comienza a fallecer y da pie al comienzo de la más grande transferencia de valor en la historia. Los boomers durante los próximos 10 a 20 años estarían transfiriendo a sus herederos aproximadamente 50 trillones de dólares. Esa cifra tiene 13 ceros y se escribe así: US$50.000.000.000.000, o 50 elevado a la 12 potencia. Es tanto valor que representa casi un tercio de todo el valor de los activos de la economía de Estados Unidos en 2023. De ese tamaño es este proceso.

Esos boomers, en su mayoría, son medianamente educados, muchos universitarios, algunos bachilleres, frugales, ahorradores e invierten su dinero en bolsa, activos y cuentas de pensión privadas con riesgo moderado. Han conducido vehículos modestos y prácticos, viven en casas modestas, en barrios residenciales tradicionales y suburbios, toman vacaciones esporádicamente y generalmente en su país, o en Europa en viajes modestos y haciendo rendir su dinero al no incurrir en excesos ni lujos. Son trabajadores, dedicados y leales a sus empleadores. Esto, en su mayoría, como dije antes; siempre hay excepciones notables pero el grueso de ellos tiene estos comportamientos y los han mantenido por los últimos 60 a 80 años. Cualquier parecido con nuestros empresarios de la misma generación no es casualidad.

Lo que ocurrirá en adelante es motivo de especulaciones y estudios de todo tipo ya que sus herederos no son como ellos; no son tan trabajadores, ahorradores ni frugales, leales a su empleador, modestos o dispuestos a sacrificarse como lo eran sus padres. No nacieron pobres ni se esforzaron para construir ese patrimonio, por ende, se especula que su comportamiento en las próximas décadas sea totalmente diferente. Ya muy pocos van a mantener ese nivel de ahorro o de frugalidad, no vivirán en casas modestas ni viajarán poco y ahorrando. Todo lo contrario, se espera un consumo y gasto más parecido al de las nuevas generaciones la X o incluso los millennials, lo que movilizaría hacia todas partes del planeta y mercados una masa de dinero descomunal que puede causar grandes cambios, prosperidad e incluso serios problemas. Lo cierto es que vienen cambios a nivel macro y pronto veremos cómo cambian la mayor economía del mundo y la nuestra por arrastre. Por raro que parezca, algo parecido está ocurriendo en nuestro país con esa misma generación y, aunque en otra dimensión, no deja de ser muy significativo.

En Colombia, esa misma gran generación ha creado la mayor cantidad de valor y empresas exitosas de nuestra historia; algunas de ellas se han convertido en referentes nacionales e internacionales, convirtiéndose en multinacionales y multilatinas, compitiendo con éxito en los mercados más exigentes del mundo. Muchas otras, incluso, han sido adquiridas por grandes grupos globales y regionales e integradas a sus operaciones. Pero la gran mayoría de empresas creadas en este periodo de la historia, no solo no se han profesionalizado, sino que están entrando al gran relevo generacional sin querer, incluso sin darse cuenta y sin encontrarse preparadas para ello. La transferencia de valor también es enorme para nosotros y aunque no hay estadísticas tan precisas como en EE.UU., se puede decir que representa un muy alto porcentaje de los activos que aún permanecen en el país. Recordemos que esa generación y sus familias han trasladado dinero al exterior por décadas para protegerlo de fenómenos políticos como el que vivimos en este momento. Valga decir que acertaron al hacerlo y que el temido momento ha llegado, con impredecibles consecuencias en el futuro. Finalmente, el lobo asomo las orejas y felices los que se prepararon.

Volviendo a la transferencia de valor, al menos la que ocurrirá con los activos y dinero que permanecen en el país, preocupa y mucho; la falta de preparación de muchas empresas, familias y líderes, ya entrados en años, que no se han preparado para el relevo. Presidentes sin sucesores preparados, juntas directivas inexistentes, de papel o conformadas por amigos o familiares de su misma edad y casi ningún miembro externo. Empresas con procesos anquilosados y ausencia casi total de tecnología o sofisticación en general, salvo el mundialmente adorado Excel. Ignorancia total de lo que es un ERP, CRM o la IA, harán que los próximos años sean no solo difíciles, sino que encausarían la gran transferencia de valor hacia los bolsillos de personas diferentes a sus familiares y herederos, siendo beneficiados los bancos, acreedores o competidores que si se prepararon para ello.

Según estadísticas publicadas en el último año, 70% de las empresas que implementan algunos o muchos elementos de gobierno corporativo, aumentan su rentabilidad y reducen riesgos, comparadas con aquellas que no lo hacen o lo hacen fallidamente. También existen estudios recientes que estiman el número de empresas en grave riesgo por esta razón, entre 40% y 60% de las empresas que no son Pyme, activas hoy en nuestro país. Este es un numero absolutamente inaceptable y debemos hacer todo lo posible por minimizar estos riesgos o podemos sufrir graves quiebras o pérdidas en sectores claves de la economía.

Lo bueno es que aún hay tiempo, aunque poco, para revertir estas realidades y ante la inminencia del relevo generacional y la gran transferencia de valor, evitar la pérdida del patrimonio y el empleo, que tanto costo construir. Las cámaras de comercio, firmas consultoras, head hunters y todo tipo de asesores que se adaptan a todos los bolsillos están disponibles para comenzar esa tarea. Manos a la obra, hay que comenzar ya.