Y en este ambiente de muchas cuentas y pocos cálculos el estúpido puede ser cualquiera: un ministro, un congresista, usted o yo misma. Es difícil entender cada anuncio del gobierno, porque a veces ni siquiera es un anuncio, sino como dicen por ahí, “un globo al aire” ¡Es la economía estúpido!, no sabemos cómo funciona, pero sí la sentimos en nuestros bolsillos cada vez más vacíos y abiertos para que otros metan la mano y saquen lo poco que queda. Hace poco le preguntaba José Manuel Acevedo en un foro en Cartagena al exgerente del Banco de la República Juan José Echavarría, "¿cuánto le cuesta al país un trino del presidente Gustavo Petro". Al país, todavía estamos por verlo, pero a nosotros ya nos están vaciando las billeteras.

Les voy a hablar de dos ejemplos reales de lo que está pasando por cuenta de la subida del dólar. El primero: mi cuñado y su pareja desde hace un año entraron en un proyecto inmobiliario, querían comprar apartamento, entregaron lo de la cuota inicial y fueron abonando a capital. Era su proyecto de vida, no se trataba ni mucho menos de una ganga pero sí de una inversión a largo plazo. Sin embargo hace tan sólo unas semanas la constructora los llamó para decirles que por cuenta del incremento en los precios del dólar y por ende los costos de los materiales el proyecto subió, ya no deberían pagar X por su apartamento sino X+20%. Les pusieron estas dos opciones sobre la mesa: si definitivamente quieren tener casa propia en 2023 tendrían que renegociar el precio pactado inicialmente. La otra opción es que la constructora les devolviera el dinero ya entregado. Si es que existiera la certeza de que 20% era el alza máxima, quizá seguirían adelante, pero ante el volátil panorama y sin saber qué podría pasar más adelante, decidieron aplazar su sueño y pedir el reembolso.

Y este es el segundo ejemplo, una experiencia que toca mis propias cuentas: hace un mes apartamos junto a mi familia un plan de vacaciones para fin de año. Un paquete en dólares, que diferimos en 3 cuotas en el mes de octubre. La última para cancelar esta semana. Sin embargo la agencia de turismo llamó a decir que el precio inicial no podía mantenerse porque el dólar se trepó, la diferencia es de $2,5 millones. Y bueno, a estas alturas seguimos sacando cuentas.

¡Es la economía estúpida!, ya lo estoy entendiendo. Pero no a todos les cala el mensaje: siguen lanzando trinos o declaraciones que horas después tienen que salir a explicar, rectificar, o desdecir ¡Es la economía estúpido!, y quizá no lo entiende quien sale anunciar que se acaban los proyectos mineroenergéticos ¡Es la economía estúpido!, y tal vez no lo entiende quien habla de controlar precios o congelar el costo de la canasta familiar ¡Es la economía estúpido!, y parece que no lo entiende quien habla de un revolcón en el sistema de salud.

Es la economía, y nos creen tan estúpidos, que nos dicen que la reforma tributaria solo afectará a los 4.000 más ricos.

¿Sabían que los quesos o los quesitos, solo por mencionar un alimento de producción artesanal, quedan grabados como si se tratara de un ultraprocesado? Y a eso súmele el costo de la envoltura, porque, sí señores esos productos tendrán doble incremento: via el “impuesto saludable” y vía plástico de un solo uso. Es la economía y a estas alturas, no se quién es el estúpido.