La cereza del pastel
Como muchos de ustedes alcancé a soñar que la política era diferente. Que la moneda de cambio no era más un puesto y que desaparecía la suculenta torta que se reparten los insaciables. Pero desperté a golpes, por no decir que a cacerolazos: eso no es posible, no ahora. Los partidos no lo permiten. Aunque se intentó, los políticos operan a punta de chantajes disfrazados de independencia, y otros más intrépidos posan de muy preocupados apoyando paros.
Dejar las viejas prácticas no es viable porque todavía casi todos buscan lo mismo de casi siempre: votos. Y para eso necesitan un pedazo del pastel, ojalá, el de la cereza.
Así que arrancando 2020 Duque sucumbió y repartió la torta, la misma que en términos más exquisitos llamaron mermelada ¿Qué quién se quedó con la masa, quién con la crema y quién se lleva la cereza?
¡Fácil! El Centro Democrático tiene la cereza ¿Quién más? Es el partido del presidente. Allí nació, creció, formó y reprodujo electoralmente. Además, en la reorganización del gabinete les dieron el cargo más apetecido: el Ministerio del Interior con Alicia Arango. Manejarán toda la política.
Pero otros cálculos hacen ellos. Por jugosa que sea la cartera del interior, se sienten maltratados. Hacen cuentas de que les quitaron la Cancillería donde estaba Holmes Trujillo, y a la que, por muy uribista que parezca, llegó Claudia Blum, que tiene carnet de Cambio Radical.
No se les olvida tampoco que en la Embajada de Estados Unidos ya no está Pacho Santos, fundador del partido, y que sería remplazado por Luis Guillermo Plata con perfil más técnico. Suman que les quitaron la Agencia de Hidrocarburos y por sustracción de materia el Ministerio de Trabajo. Así que en la repartición de torta al Centro Democrático le quedó la crema, y para su gusto, bastante desabrida.
Hablemos de los conservadores. Quedaron en el Ministerio de Agricultura. tendrán un presupuesto de $1,79 billones. Y aunque Rodolfo Zea no era el nombre más aclamado, cuota es cuota.
Zea se suma a la representación que encabeza la vicepresidenta y que completan, tomen nota, los ministros de Hacienda, Transporte y Comercio ¿No sabían que son conservadores? Bueno, es la razón por la que ese partido tampoco tiene la cereza: son muchos, pero no suman tanto. Los azules tienen el pedazo más grande de la torta, pero sin crema y sin cereza.
La U no podía quedar fuera. Estaban en mora de darle cuota, porque, aunque retrechero, son partido de gobierno. Les tocó el Ministerio de Trabajo y con las cacareadas reformas pensional y laboral tendrán garantizado otra cosa que los políticos aman: prensa. El problema es que Ángel C. Cabrera no convence. Lo sienten más “del partido de Duque”, como a él mismo se le chispotió en una entrevista, que del partido de la U. Así que para ellos el plato de torta llegó vacío.
¿Será por descarte la cereza para Cambio Radical? ¿Pero si el ministerio que les dieron es el chicharrón de salud?, porque si hay algo en crisis en el país es la salud. Bueno es que la cereza no viene servida en ese plato, llegaría con otro ministerio.
Ellos quieren Vivienda o Transporte, los preferidos de Germán Vargas, pero les darían Minas o TIC. ¡Amanecerá y veremos!
PD. Y la nuez de la cereza: con esas cuotas, Cambio Radical dejaría el sofisticado apellido de independiente, para convertirse en partido de Gobierno.