Los antipersonajes de 2023
No pensé que escribir una columna sobre los antipersonajes fuera tan fácil y tan complejo; fácil porque abundan, y complejo porque es difícil entender tanta mezquindad, displicencia o ineficiencia. Empecemos por los de trámite, los internacionales, esos que han asegurado durante años un espacio en esta deshonrosa lista y casi que es orgullo para ellos estar ahí.
Está por supuesto Nicolás Maduro, quien pese a una campaña de “lavado” de imagen sigue siendo un dictador que somete a su pueblo al hambre, la pobreza y la represión.
Vladímir Putin, este turbio personaje que es difícil de predecir, inevitablemente entra en esta clasificación por su obstinada decisión de invadir un país y poner al mundo de cara a una tercera guerra mundial.
No me detendré en Daniel Ortega y Donald Trump porque el antipersonaje internacional por “goleada” es para mi Gianni Infantino y la oscura negociación que permitió que un país como Catar llegara a ser sede de un mundial omitiendo cosas tan simples como el clima, hasta inconcebibles cómo 6.500 personas que perdieron la vida en medio de la construcción de los estadios. Nunca saldrá a la luz pero es evidente que la negociación estuvo trazada por el dinero, el chantaje y el soborno.
Y ahora pasemos a los criollos, los personajes en Colombia que nos dieron espectáculos entre bochornosos, ridículos y frustrantes.
Tengo que arrancar por el alcalde de Medellín Daniel Quintero, su esposa Diana Osorio y su círculo más cercano. Quintero arrancó como un político hábil, fresco y joven que brilló con varias medidas durante la pandemia. Pero su imagen terminó absorbida por esas disputas regionales que lo hicieron salir de sus cabales, perder todas las formas y convertirse en un triste y chocante difusor de ataques políticos. Perdió la oportunidad de ser un líder y se convirtió en una absurda caricatura.
El otro anti personaje en el país es Alex Florez. Un congresista soberbio que dejó en evidencia sus malos pasos al tratar de ingresar una trabajadora sexual a un hotel, mentir y poner de por medio una supuesta afectación sicológica para justificar el episodio. Lo más increíble es que su habilidad para callar se confunde con facilidad con el cinismo y hoy se le escucha hablar empoderado como si fuera el político más destacado del país, ¡se tiene confianza!
Por supuesto se ganó un espacio la casi inexistente directora del Icbf, Concha Baracaldo. Su ineptitud, ineficiencia e indiferencia son inverosímiles. Sino estuviéramos hablado de la vida y la integridad de los niños de nuestro país, su labor sería cómica y no profundamente dolorosa. Deja tanto que desear lo que hace, o lo que no hace, que hasta el mismo presidente Petro, que la nombró en el cargo, salió a recriminar su pobre gestión.
La lista de los antipersonajes se cierra con el ingeniero Rodolfo Hernández. Un hombre que supo vender su imagen, se trepó en la segunda vuelta en la elección presidencial y al final ni el mismo sabía lo que quería. Resultó mezquino y ruin como se comprobó con el trato que le dio a Marelen Hernández quien fuera su fórmula vicepresidnecial y hoy más que querer algo en política busca “alborotar el avispero” haciéndose sonar como candidato en Santander, Bucaramanga y hasta Bogotá ¿De verdad? Como el mismo dijo “relocos papi, relocos”.