La revolución digital ha generado nuevas formas de producción y ha evolucionado los estándares de consumo. De la mano de esta transformación, nace la economía colaborativa, un sistema en el que se comparten e intercambian bienes y servicios a través de plataformas digitales.
Este tipo de economía gestiona los recursos de una manera más inteligente, con la tecnología como recurso principal, e implica una mayor oferta de los productos o servicios porque llega a un espectro muy amplio y a la audiencia indicada, gracias a su comunicación directa con el entorno.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la tasa de desempleo en abril de 2022 fue de 11,2%, evidenciando una reducción significativa frente a 15,5% registrado en el mismo mes del 2021. La recursividad de quienes necesitan entradas económicas adicionales para hacerle frente a la reactivación, se ha vuelto una constante para sortear los desafíos que dejó la pandemia.
Si bien las economías se vieron golpeadas por este fenómeno mundial, en paralelo se han abierto puertas a otras dinámicas sociales, empresariales y de crecimiento. De acuerdo con el reporte Colombia Tech 2021, con corte al año pasado, hay más de 1.000 startups que por medio de la innovación y la tecnología contribuyen en la reactivación nacional.
En el caso de Rappi, con más de 100 millones de descargas, más de 3.000 colaboradores y cerca de 40.000 comercios aliados en Colombia, se ha convertido en un habilitador de oportunidades y un jugador fundamental de la economía del país y de las regiones.
Al ser una entidad 100% digital, economiza en estructuras físicas, ahorros que traslada a los clientes en menores costos y más beneficios; ofreciendo usabilidad de última generación por medio del desarrollo tecnológico.
Las plataformas digitales han sido un canal en la formalización de las industrias y así lo demuestran los resultados del estudio de plataformas digitales desarrollado por Fedesarrollo (Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo), que arroja que el 18% se han visto impulsados a llevar registro de Cámara de Comercio, 15% han desarrollado nuevas líneas de negocios, 28% han sido incentivados a recibir tarjetas débito y 37% tarjetas de crédito.
Las empresas que nacen de la economía colaborativa han sido eficientes porque han creado formas nuevas para responder a las necesidades de los consumidores y contribuyen a la mitigación de los problemas del día a día de miles de personas que requieren ingresos extras o recurrentes.
Sin flexibilidad no hay evolución ni desarrollo, aunque es un concepto que no surge con la economía colaborativa, está directamente ligada con ella. Estaríamos estancados en el tiempo y no saldríamos de las mismas estructuras sociales, políticas, económicas, empresariales que hemos aplicado hasta ahora.
Tener capacidad de moverse ágilmente para responder a los retos que nos ponen los nuevos contextos es indispensable para poder avanzar en todos los ámbitos.