El momento del 5G
La llegada del 5G al país es tema de conversación permanente, y que bueno que lo sea, pues es un proyecto pensado en el beneficio de los colombianos. La implementación de esta tecnología cambiará la experiencia de navegación y comunicación para todos, al traer mayor velocidad, mejor conectividad y más experiencias.
Tener 5G en Colombia genera grandes oportunidades en términos de inversión y crecimiento económico, que redundarán en empleo y calidad de vida. Estimaciones iniciales indican que antes de 2030 se tendría un aumento de cerca del 0,5 % en el PIB nacional, al hacer una buena y oportuna explotación de todo lo que se puede lograr con el 5G.
Por eso, el país tiene que unirse al momento disruptivo de transformación digital que está viviendo el mundo. No se trata simplemente de una banda: el 5G será un habilitador para diferentes sectores: a nivel de movilidad, permitirá modernizar los sistemas masivos de transporte, que gracias a la tecnología tendrán la posibilidad de ser más automatizados.
Nuestros campesinos ganarán productividad, pues podrán monitorear en tiempo real sus cultivos a través de diferentes herramientas predictivas, mientras que las empresas podrán potenciar sus negocios gracias a la implementación de Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas o automatización, entre otras herramientas que funcionan mucho mejor sobre esta banda.
El abanico de opciones es inmenso, al igual que el reto, pues quienes no se sepan aprovechar lo que trae el 5G, se irán quedando rezagados. El sector productivo nacional debe prepararse para potenciar sus operaciones, mejorar la productividad y los ingresos, y por supuesto, impulsar el desarrollo.
Hay que ver la llegada del 5G como un proceso de modernización a nivel país, donde los ciudadanos, los usuarios del día a día, también se verán beneficiados. Su percepción cambiará con la misma rapidez que traerá la banda, al tener mayores capacidades al alcance de su mano. Atrás quedarán las quejas por problemas en la subida y bajada de archivos o contenidos de redes o plataformas, cosas que serán las primeras en cambiar.
Ahora, para lograr todo esto, y hacerlo bien, estructuramos un proceso ordenado, participativo y transparente, con varias etapas que garantizan su credibilidad y pluralidad. Hemos publicado dos borradores del proyecto de resolución para participar en este proceso de selección objetiva. Para el segundo, que contiene los requisitos, las condiciones, los valores de reserva para cada una de las bandas a subastar y el procedimiento para la llegada de esta tecnología al país, hemos ampliado la recepción de comentarios hasta el 20 de septiembre, pues son temas en los que los interesados y los conocedores de la materia solicitaron tiempo para dar sus opiniones.
En octubre expediremos la Resolución definitiva con las condiciones de la subasta, lo que marca la apertura oficial del proceso. En noviembre se recibirán las solicitudes de los interesados, para que sean revisadas y estudiadas, y el 20 de diciembre realizaremos la subasta con los proponentes que cumplan los requisitos y, lo más importante, las expectativas definidas por el Gobierno, que no son otras que las necesidades de la Nación.
Vale la pena recordar que ese día no solo se subastará la banda de 5G, sino también las bandas remanentes de 4G, para seguir mejorando la conectividad y calidad de los servicios en el país. Quien se gane la subasta tendrá un tiempo para empezar su implementación, lo que traerá inversión y generará empleos. A finales del próximo año se verán los primeros ejercicios de 5G, y gracias a esto, poco a poco el país entrará de lleno en el mundo de oportunidades que trae esta tecnología.