En el seminario de reforma pensional organizado por Anif, la Universidad de los Andes y Fedesarrollo, las tres instituciones enfatizaron la necesidad de fortalecer el programa Beneficios Económicos Periódicos (Beps). Recordemos que este programa se implementó en el 2012, cuando se creó el nuevo Ministerio del Trabajo y empezó a funcionar Colpensiones.

Beps se diseñó como un mecanismo de ahorro para la vejez de los trabajadores informales, que por definición, al ganar menos de un salario mínimo mensual, están excluidos de cotizar en el sistema pensional. Hace parte de una nueva línea de mecanismos de ahorro para la vejez que se denomina Matching Contributions, o contribuciones equivalentes. Se basa en los sesgos cognitivos identificados por la teoría económica del comportamiento. Los seres humanos preferimos resultados inmediatos, sobrevalorando el presente y subestimando el futuro. Este sesgo por el presente es un riesgo para los ahorros para el retiro, cuyos beneficios se ven en el largo plazo y, por eso, en general, los sistemas pensionales son obligatorios.

Beps busca enfrentar este sesgo de otra manera. Es una cuenta individual, que hace que el monto ahorrado sea más tangible, con un incentivo al ahorro -la contribución equivalente- que es un subsidio de 20% adicional por cada peso ahorrado que el Estado incluye en la cuenta del afiliado, lo que hace que el beneficio total se identifique inmediatamente. Otras características importantes son que es un programa voluntario y que se diseñó sin una periodicidad ni un monto definido del ahorro. El mensaje es “ahorre lo que pueda, cuando pueda”, buscando acercarse a la realidad laboral de muchos trabajadores informales cuyos ingresos son volátiles. Varían en el tiempo y en el monto. Con este ahorro, sus rendimientos y 20% de subsidio el trabajador informal, apoyado por el Estado, construye el ahorro para su vejez.

El programa, administrado por Colpensiones, lleva ocho años operando, y su evolución muestra resultados positivos y desafíos. El corolario de este tipo de programas es que en la medida en que son de largo plazo, su maduración toma tiempo, y en este momento muy pocos de este tipo de programas en el mundo han sido evaluados. Con datos de 2021, más de un millón y medio de colombianos se habían afiliado a Beps, en su mayoría mujeres. 33 mil adultos mayores reciben un Beps mensual con un promedio de alrededor de $200.000, monto cercano a la línea de pobreza extrema. Pero hay personas que gracias a su esfuerzo de ahorro en Beps han conseguido una pensión de salario mínimo.

El reto más importante del programa es crear el hábito de ahorro. El subsidio de 20% es el incentivo monetario, pero es necesario crear otra clase de incentivos. Con el BID y la agencia Innovation for Poverty Action se hizo un experimento con mensajes de celular, y Colpensiones hizo otro con rifas por ahorrar en Beps, experimentos que resultaron exitosos, pero de corta duración. Los mismos datos de 2021 muestran que un poco menos de la mitad de los afiliados ahorran con regularidad. Son necesarias campañas permanentes de afiliación y de concientización de la importancia del ahorro.

Es un programa muy relevante para el modelo de protección para la vejez, especialmente si la reforma no considera permitir que los trabajadores informales coticen en el sistema pensional. Las tres instituciones que sugirieron fortalecerlo también sugirieron al gobierno tenerlo en cuenta para la reforma pensional.