La maldición de Venezuela
En mi columna anterior abordé el tema de la maldición de los recursos naturales y cómo esta podría estar influyendo en la situación actual de Venezuela. Recibí varios comentarios sugiriendo que más que una maldición del petróleo, se trata de una maldición del comunismo. En atención a los comentarios quiero abordar sus opiniones en esta columna. Asimismo, quiero seguir incluyendo a Venezuela en el discurso público, ya que tras las acusaciones de fraude electoral no se ha presentado cambio alguno, y es fundamental no dejar de prestarle atención. Un último objetivo es un homenaje a Guillermo Perry (q.e.p.d.) co-autor del libro que escribimos y en el que me baso para escribir la columna,.
Es evidente que la situación actual de Venezuela ha sido causada por el chavismo o socialismo del siglo XXI. La pregunta que plantea la teoría de la maldición de los recursos naturales es cómo un país con las mayores reservas petroleras del mundo puede haber llegado a esta situación. En el libro analizamos si la abundancia de recursos naturales representa una maldición o una bendición, y concluimos que depende de una variable más estructural: la fortaleza institucional. Un ejemplo de bendición es Noruega, mientras que la maldición se manifiesta en países como Nigeria y Venezuela.
La teoría de maldición de los recursos naturales describe cómo la riqueza en recursos puede generar efectos económicos y de desarrollo negativos -menor crecimiento, pobreza persistente y falta de diversificación productiva. La abundancia de recursos naturales puede crear economías extractivas, intensificando la lucha por el control de los recursos y fomentando conflictos, corrupción y captura del Estado, especialmente en países con instituciones débiles.
Desde las bonanzas petroleras de los años 70, Venezuela implementó políticas de nacionalización bajo los gobiernos de Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez. En 1976 se culminó la nacionalización de su industria petrolera con la creación de Pdvsa, medida diseñada para garantizar que los beneficios del petróleo permanecieran en el país y promovieran el desarrollo económico. Refleja la pugna por el control de los recursos.
Tres décadas después Venezuela mostró un desempeño económico pobre. Entre 1975 y 2005 el PIB per cápita de Venezuela tuvo una reducción real de 19% con un crecimiento anual negativo de -0,54%. También sufrió un deterioro institucional significativo, cayendo 34 puestos en el ranking de gobernabilidad mundial entre 1970 y 2000. Antes de la llegada de Chávez, la volatilidad del precio del petróleo estaba correlacionada con los resultados fiscales, subrayando su dependencia del petróleo y la limitada capacidad institucional para una política fiscal contra-cíclica.
El análisis histórico sugiere que, debido a la debilidad institucional, Venezuela podría estar sufriendo la “maldición de los recursos naturales”. La pregunta de por qué llegó el chavismo y cómo se mantiene con Maduro es crucial, no como una crítica a Venezuela, sino como una reflexión necesaria para comprender el pasado y evitar repetir los mismos errores cuando regrese la democracia. Será crucial fortalecer las instituciones para convertir el petróleo en una bendición.