Antioquia en cuidados intensivos
El panorama de Antioquia es desolador. Sí, suena a catástrofe y lo es, basta solo con darle una mirada a las últimas noticias para ratificar lo que hemos venido repitiendo hace varios meses y es que estamos ante un desgobierno absolutamente desconectado de la realidad del departamento del cual no sabemos qué quiere ni para dónde va, pero sí que nos va a dejar en una profunda crisis institucional y financiera.
Los últimos titulares de prensa nos dicen que la Gobernación de Antioquia se ha gastado más de US$4 millones pagando abogados para que defiendan a la FLA de un litigio comercial por US$11 millones, ¿derroche o corrupción? También nos enteramos de la investigación, otra más, al Gobernador, por posibles irregularidades en la adjudicación de un contrato a la Asociación de Municipios de Urabá por cerca de $23.000 millones.
Tal parece que le sobrara la plata a Antioquia y no importara dilapidar los recursos.
A lo anterior se le suma que la deuda del departamento nos la van a dejar en $2,6 billones y con compromisos hasta 2039, esto quiere decir que los próximos cuatro gobernadores de Antioquia, especialmente quien resulte elegido el próximo 29 de octubre, estarán hipotecados y pagando los errores de la pésima gestión de estos cuatro años.
No hay duda, Antioquia pasa por un momento oscuro, lleno de derroche de los recursos públicos, contrataciones irregulares y por si esto fuera poco, con un incremento en los homicidios en todas las subregiones, hacinamiento en las escuelas, familias más pobres, niños aguantando hambre y la desigualdad creciendo. ¿Será este el legado que nos merecemos los antioqueños?
Mientras tanto, no vemos reacción del Gobernador, que cuando no anda de vacaciones, o de viaje oficial, pareciera no tener idea de lo que sucede a su alrededor. La dignidad de un cargo tan importante, esta vez, le quedó grande y eso lo estamos pagando quienes habitamos el departamento y lo recorremos a diario, quienes nos levantamos a trabajar porque creemos en su potencial y en que los antioqueños merecemos más, merecemos avanzar y dejar atrás a los politiqueros que con sus discursos llenos de adornos nos han hecho retroceder tanto.
En nuestras manos está que no nos roben más la plata que es de todos. La profunda decepción en la que estamos los invito a convertirla en optimismo eligiendo bien y pasándoles la cuenta de cobro a los políticos que por años se han enquistado en el poder y que con su corrupción rampante llenan sus bolsillos convencidos de que seguirán manteniéndonos engañados. Es el momento de decirles no más y juntos trabajar para sacar a Antioquia de los cuidados intensivos en donde hoy está.