Salimos a marchar convencidos del mensaje claro y contundente que le enviaríamos desde las calles (esas que no son solo de la izquierda) a un Gobierno sordo y enceguecido por sacar adelante sus reformas, aunque ellas impliquen poner en riesgo la institucionalidad: Colombia no se rinde.
Miles de personas en todo el país salimos a las calles y de manera pacífica, pero con contundencia, rechazamos las políticas del Gobierno actual y sus escándalos, los mismos que ponen en duda su legitimidad y la forma en que logró llegar al poder.
No nos rendimos ante un Gobierno con una narrativa que pretende confundir. Un Gobierno que señala y busca enemigos en todas partes. Un Gobierno que se la pasa de viaje. Un Gobierno que dilapida los recursos públicos. Un Gobierno prepotente. Un Gobierno sin norte.
Colombia ha resistido por muchos años los deseos de algunos por destruirla. Hemos sobrevivido la peor época de la violencia, la del narcotráfico que arrinconó a un gobierno que se mostró igualmente débil y permitió su avance. La del terrorismo, que ponía las condiciones y se daba el lujo, ante otro gobierno débil, de dejar sillas vacías. Si a algún país le cabe la definición de resiliente es al nuestro y por ello seguiremos resistiendo y no permitiremos que Petro lo destruya.
Debemos estar unidos como sociedad. Las marchas multitudinarias, que los áulicos de izquierda saldrán a desmentir (aunque las imágenes hablen más que mil palabras) son la muestra de que tenemos claro lo que queremos y que estamos juntos para lograrlo. No podemos desfallecer ni bajar la guardia así el camino se ponga duro e imposible. La fuerza individual empujará al grupo para llegar a la meta.
Nuestra búsqueda es la de un país más justo, equitativo y próspero. Colombia merece un gobierno que escuche a su pueblo, que respete sus derechos y que trabaje por el bienestar de todos. No descansaremos hasta lograrlo. Nuestro compromiso con la democracia es firme y nuestra voz seguirá resonando en las calles, en las redes sociales y en todos los espacios posibles. No permitiremos que se socave la institucionalidad ni que se pisoteen nuestros derechos.
Colombia es un país lleno de potencial y talento. Tenemos una riqueza cultural y natural que nos enorgullece, que debemos proteger y promover. Juntos, como ciudadanos comprometidos, podemos construir el mejor futuro posible.
Enfrentaremos los desafíos con valentía y determinación, porque creemos en el poder ciudadano y en el impacto que cada uno de nosotros puede tener. No podemos rendirnos. Vamos a demostrar al mundo que Colombia es un país que se levanta y se hace escuchar. Dejaremos la evidencia más clara que nunca: Colombia no se rinde.