La lucha contra el cáncer en Colombia es una prioridad urgente que requiere el refuerzo y la implementación de políticas públicas claras para abordar esta enfermedad, que según cifras de la Organización Mundial de la Salud -OMS- aumentará 40% los casos para 2040, siendo Colombia y otros países de medianos y bajos ingresos los que presenten el 70% del total de nuevas personas diagnosticadas.

El cáncer es una de las principales causas de muerte en el país. Cada año se detectan cerca de 82.000 nuevos casos, de los cuales un poco más de 40.000 terminan con la muerte del paciente. Ante esta realidad, es fundamental que el Estado actúe de manera rápida y enfrente el desafío que esta enfermedad nos impone.

Se hace fundamental trabajar en programas efectivos de prevención. Esto implica un trabajo conjunto de las entidades de salud, en cabeza del Ministerio, y de la sociedad que debe apropiarse de las herramientas, como el autodiagnóstico, para hacer una detección temprana. Además, debe haber políticas públicas hacia el cáncer que pongan esta enfermedad como una prioridad nacional, con los recursos financieros y humanos necesarios que permitan que el país enfrente lo que se avecina según la OMS.

En este orden de ideas, se hace necesario impulsar la investigación médica y que el país lidere estudios que permitan entender mejor los mecanismos de esta enfermedad para así desarrollar tratamientos más efectivos y menos invasivos. El gobierno debe fomentar la colaboración entre instituciones académicas, centros de investigación y la industria farmacéutica para acelerar el avance científico y mejorar las opciones terapéuticas disponibles.

La promoción de hábitos de vida saludables, como una dieta equilibrada, la actividad física regular y la eliminación del consumo de tabaco y alcohol, también hacen parte de esta cadena. La educación en salud y que seamos conscientes de los factores de riesgo de la enfermedad, permitirán empoderar a la población y prevenir casos evitables.

Y no podemos dejar de lado a quienes hoy padecen la enfermedad. Ellos tienen derecho, y deben ser una prioridad, a que se les garantice atención integral. El tratamiento de calidad no puede ser exclusivo de quien tiene recursos así como el acceso a medicamentos. Adicional, que exista apoyo sicológico para el paciente y sus familias, de ser necesario, es fundamental para que se garantice la integralidad en la atención.

Por otro lado, es importante fortalecer la capacitación y formación de los profesionales de la salud. Los médicos y personal sanitario deben recibir una educación continua y especializada para mejorar la detección temprana, el diagnóstico y el tratamiento. Además, es esencial promover la investigación clínica y la colaboración con expertos internacionales para estar al día con los avances médicos más recientes.

Por último, es necesario establecer sistemas de vigilancia epidemiológica que permitan monitorear y evaluar la incidencia y mortalidad del cáncer en Colombia. Estos datos son fundamentales para tomar decisiones informadas y diseñar políticas de salud pública basadas en evidencia.

Juntos podemos reducir la incidencia de esta enfermedad que tantas vidas cobra al año en nuestro país, es tiempo de unirnos y enfrentar los retos que nos pone por delante para que minimicemos su impacto y la tristeza que nos produce.