Manipuladores
Hace algunos días, el Departamento de Justicia de Estados Unidos sorprendió a la comunidad financiera internacional con la acusación formal a un grupo de operadores de un reputado banco de manipular los mercados financieros de metales durante ocho años. Léase bien: ¡Una conspiración de ocho años!
Los implicados simularon órdenes de compra de contratos de futuros de diferentes metales preciosos que no buscaban ser ejecutadas. Su verdadero objetivo era engañar a otros inversionistas para que creyeran que existía una demanda elevada, y así presionar los precios de estos productos al alza. Una vez logrado su propósito, retiraban de manera instantánea esas órdenes falsas y ejecutaban inmediatamente una venta al ya elevado precio. También repetían el esquema en sentido contrario, es decir, engañando al mercado con la falsa sensación de un exceso de oferta lo que generaba una baja en el precio, y les permitía hacer compras más baratas.
Un símil algo imperfecto para entender estas maniobras podría ser el de un dueño de una obra de arte que, previo a ser vendida en una subasta, contrata a varios actores para que engañen al público simulando estar interesados en comprarla, con la única intención de hacer subir su precio final.
Esta conducta de manipulación financiera es conocida como Spoofing. Aunque parece lejana, y algunas personas podrían excusarla haciendo referencia a la viveza o, en nuestro contexto, a la malicia criolla del operador, la realidad es que representa una grave amenaza a la integridad de los mercados de valores. Introducir información falsa a los sistemas de negociación afecta la correcta formación de precios y la eficiencia de los mercados. Tal es el daño que en países como Estados Unidos este comportamiento es sancionado con cárcel.
Afortunadamente, en Colombia las autoridades financieras también se han tomado en serio este tema. En el caso del Autorregulador del Mercado de Valores (AMV) la manipulación de liquidez o precios es un riesgo clasificado como prioritario, lo que permite que se generen importantes esfuerzos para combatirlo.
Consciente de que la mejor medicina es la prevención, AMV se ha enfocado en informar y visibilizar la gravedad de la conducta a través de la publicación de manuales-guías y de múltiples capacitaciones (en las que han participado más de 1.100 profesionales desde 2018). También ofrece reportes informativos a sus miembros sobre algunas de las señales para identificar este tipo de esquemas en sus operadores, con el fin de contribuir a mejorar los controles internos de las entidades.
De igual manera, cuando hay serios indicios de que la infracción efectivamente ocurrió, AMV le da prioridad disciplinaria para que su Tribunal Disciplinario juzgue los hechos y, de ser procedente, imponga sanciones ejemplarizantes.
Los resultados de esta estrategia ya se ven. Por ejemplo, en los últimos meses las señales de posibles esquemas manipulativos han prácticamente desaparecido de todos los sistemas de negociación de deuda pública.
En un mercado como el colombiano, que adolece de problemas de liquidez y profundidad por la poca participación de emisores e inversionistas, es clave evitar que se sume una nueva enfermedad como el Spoofing. Sólo así podremos garantizar el desarrollo de un mercado integro y transparente, que continúe generando confianza a los inversionistas.