La política mayor consiste en ser virtuoso.
Voltaire
No sé cómo entiendan los demás el ejercicio de la política, pero yo siempre lo he entendido como el arte de servir, la posibilidad de construir, la oportunidad de elevar la retórica a los hechos concretos.
Hacer más y hablar menos para decirlo en palabras simples. Porque, en realidad, eso es lo que esperan de nosotros quienes nos eligieron. El ciudadano no quiere discursos pomposos y espera de sus legisladores acción, gestión y resultados concretos.
Por esa razón, ser reconocido por los líderes de opinión de este país como uno de los mejores congresistas de Colombia me llena de orgullo, me lleva a pensar que ha valido la pena trasegar por la vida pública pero, sobre todo, me recuerda la enorme responsabilidad que recae sobre mis hombros para no defraudar y para estar a la altura de mi investidura como senador de la República.
La encuesta que acaba de revelar la firma Cifras & Conceptos es una radiografía del país visto a través de la mirada crítica de periodistas, académicos, empresarios, directivos de organizaciones sociales y los propios colegas con funciones en el sector público.
Me halaga compartir este honor junto a dos importantes figuras del Partido Conservador: David Barguil Assis, hoy candidato oficial a la Presidencia, y el también senador Efraín Cepeda Sarabia.
Me siento honrado de pertenecer a un partido cuyos principios se basan en una concepción humanista y creyente, que defiende el respeto de la dignidad de la persona y el pleno ejercicio de los Derechos Humanos consagrados en la Constitución Política de Colombia.
Quienes somos conservadores cumplimos un papel muy importante en el tejido social. Trabajamos para conservar los valores. Para proteger a las familias. Para arropar el emprendimiento y al empresariado. Para defender la moral y los principios. Para progresar manteniendo nuestra esencia y el respeto como elemento fundamental de la cotidianidad y de las grandes decisiones.
Me hice político porque desde muy joven pensé en el ejercicio de la política como una manera de entender el país y sus problemas, pero más que nada en ese puente que permite contribuir en la búsqueda de soluciones.
Hoy tengo la oportunidad de prestar ese servicio desde la Comisión Quinta del Senado que se ocupa de temas altamente sensibles para el desarrollo del país: régimen agropecuario, ecología, medio ambiente y recursos naturales, adjudicación y recuperación de tierras, recursos ictiológicos y asuntos del mar, minas y energía, corporaciones autónomas regionales, subrayando el hecho de que tres sectores de la economía ocupan un espacio prioritario en mi agenda legislativa: el agropecuario, el textil y el turístico, todos ellos golpeados por la pandemia.
No quiero aburrir a los lectores de esta columna con un inventario del trabajo adelantado durante este cuatrienio. Solo decirles que en los ochos meses que restan de la actual legislatura seguiré trabajando de manera incansable para elevar a la categoría de ley iniciativas que se traduzcan en bienestar para los colombianos.
Además, citar a los funcionarios del gobierno a los debates de control político a que haya lugar para que le respondan al país por lo que han hecho y dejado de hacer, y continuar gestionando recursos para las regiones, los municipios y todos los departamentos, en especial para mi Tolima al que le debo todo.
Nuestra tarea no solo transcurre de puertas para dentro del Capitolio. También, y principalmente ocurre en las regiones como parte de nuestro deber de escuchar a la gente, de ser su interlocutor ante el Gobierno y de gestionar las soluciones que sean posibles ante los ministerios y demás entidades públicas.
El catedrático español Manuel Fraga Iribarne lo dijo con palabras sabias: “La política es el arte de lo posible; para lograrlo hay que intentar muchas veces lo imposible”.
Aliento a los jóvenes y a las mujeres a que se involucren cada vez más en la vida y en los procesos políticos de este país, a que hagan control sobre el trabajo de los congresistas y a que conserven la esperanza en quienes estamos haciendo la tarea con honestidad y humildad.