Poco antes de que se terminara el 2022, numerosas voces de expertos empezaron a reiterar un hecho del que ya se venía hablando: un crecimiento económico menor para el 2023 y, también, una inflación que no parece ir -por ahora- hacia el rango meta fijado por el Banco de la República (de 2 a 4%).
Las previsiones de crecimiento presentadas por el Ministerio de Hacienda desde ya dan cuenta de una economía que crecerá 1% este año. A su vez, por el lado del Banco de la República, las estimaciones apuntan a un 0,5% (después de ver trimestres con cifras mayores al 7 y al 12% durante el año pasado). Y desde el frente inflacionario, las preocupaciones no cesan del todo para las autoridades económicas nacionales y tampoco para los hogares, pues para este año -como lo advierte el Banco de la República- los analistas del mercado prevén una inflación de 7,5%.
La pérdida de dinamismo económico, que se empezó a materializar en la recta final del 2022, ya se refleja (como lo sostiene un reciente comentario de ANIF) en un consumo de los hogares que pierde tracción y en el agotamiento del ahorro. También, se evidencia en una menor demanda de créditos por cuenta de las acciones tomadas por el Banco de la República en términos de política monetaria.
Ahora, ante tiempos que se avizoran como desafiantes para el empleo y la economía en general, es momento de invitar a los trabajadores, sus familias y al tejido empresarial para que den al ahorro el valor que se merece.
Es en esta coyuntura en la que las cesantías que consignan anualmente los empleadores a los trabajadores están llamadas a destacar su importancia, no solo como una prestación para épocas de desempleo, sino como un instrumento de ahorro que, por un lado, permite a los colombianos avanzar en sus proyectos asociados a educación y vivienda, y por el otro, aporta a dinamizar la economía en diferentes frentes.
Para tener una dimensión del peso que tiene este ahorro con propósito para los trabajadores y la economía, tan solo en el 2022 -como lo indican las cifras de Asofondos- los afiliados a las cuatro administradoras de fondos de pensiones y cesantías que operan en el país usaron $7,9 billones (12,7% más que en el 2021). Estos recursos, en su mayoría, se utilizaron por concepto de terminación de contrato. También se emplearon para compra de vivienda, liberación de créditos hipotecarios y educación.
En el caso de Porvenir, el año pasado contamos con más de 5,1 millones de afiliados a Cesantías, y los retiros de estas sumaron $3,56 billones reflejados en 1,6 millones de solicitudes por parte de los afiliados (8,37% más que las reportadas en 2021). La mayoría de estas operaciones, $1,31 billones correspondientes a 753.334 afiliados fueron por terminación de contrato.
Este 14 de febrero, al igual que ha sucedido los últimos años, las empresas de todos los sectores económicos cumplen con su compromiso de consignar a los trabajadores las cesantías. En un 2023 con perspectivas retadoras, el esfuerzo de las compañías en pro del ahorro de los colombianos debe destacarse una vez más. Solo para tener una dimensión del valor de los aportes realizados por las empresas, en enero y febrero de 2022 las cesantías consignadas a los trabajadores sumaron $10,05 billones, según datos de la Superintendencia Financiera.
Como Fondo de Pensiones y Cesantías tenemos clara nuestra enorme responsabilidad en el manejo de las cesantías, este vehículo que cuida el ahorro de largo plazo y que, como ha quedado demostrado, es un importante aliado de los trabajadores en tiempos difíciles.
En esta época no podemos olvidar nuestra misión de promover la cultura del ahorro de la mano de la educación financiera y, por supuesto, el objetivo de manejar con criterio y generando valor a los ahorros de más de 14 millones de colombianos quienes le dieron a Porvenir su voto de confianza.