Soy un convencido que el mundo de los negocios va más allá de lo que vemos y tocamos. Normalmente hablamos de lo que observamos, difícilmente nos preguntamos que NO estamos viendo. Y lo especial de esto radica en la mística y lo intangible, y este testimonio tiene suficiencia de ello. Recuerdo mi primera conversación con Mercedes Salazar en Medellín el 4 de diciembre de 2019. En conversaciones diversas, espontáneas e independientes una de otra, me habían mencionado el nombre de Mercedes Salazar y conocía usuarias de sus piezas y accesorios, pero no mucho más que eso. En esa reunión, en pocos minutos, Mercedes lograba darle forma a mi intención de encontrar personas, en especial mujeres, que combinaran las artes y oficios auténticos con las ganas de integrarse al mundo creando empresa, empleo y país.
Luego de unos meses de conversación y construcción de confianza, en los que aconteció literalmente de todo, en especial eventos desafiantes para la humanidad asociados con covid-19 y sus impactos, NoName, movilizadora de crecimiento para empresas colombianas que orgullosamente dirijo, comenzó oficialmente la alianza con Mercedes Salazar el 19 de agosto de 2020. El equipo humano de NoName asignado tuvo un clic inmediato, se sintió el “buen rollito” y empezaron a surgir ideas e intenciones y se empezó a construir un equipo con un propósito común más sólido, un equipo con más mentes, cuerpos, almas y espíritus para hacer que las cosas pasaran.
Yo apenas aprendía el valor de las técnicas artesanales tan increíbles que tiene nuestro país en la construcción de joyas y accesorios de belleza. Hasta entonces conocía la potencia de la creatividad que existe en Colombia en la producción de prendas de vestir pues tuve el privilegio de ser el director General de Maaji, una reconocida marca colombiana de trajes de baño.
El súper poder de Mercedes Salazar, quien ha estado vigente por más de 20 años, es que logra transmitir y tangibilizar con su portafolio de productos, la creatividad vanguardista con la técnica ancestral. Nos presentaron sus artesanos, unas personas con una energía, conocimiento y habilidades increíbles, con amor genuino por la marca y por lo que hacen, personas que tejen todos los días productos que reflejan el potencial imaginativo de nuestro país.
Ha sido un año retador, un año sin eventos sociales de presencia física, con escasez de viajes y por tanto, de contados momentos para usar estas piezas icónicas. Aun así, hemos logrado en equipo ampliado, abrir nuevos mercados internacionales, fortalecer las exportaciones que pesan más de 51% de las ventas totales de la compañía, desarrollado alianzas y colaboraciones como la de “The Luxury Collection” con la línea de hogar, lanzamos la nueva línea de sombreros hechos a mano llamados “Le Bateleur”, y sobre todo, seguimos teniendo el foco en los artesanos colombianos y dignificamos su trabajo. Con todas estas acciones hemos tenido un crecimiento de 33% en ventas vs. periodo comparable del año pasado y las ventas de jul-2021 superan las ventas de jul-2019. Puedo decir que soñamos que esta compañía, liderada por una mujer increíble con una gran energía, siga llegando a nuevos mercados internacionales y siga compartiendo con el mundo, todo lo maravilloso que tiene Colombia por mostrar.