Rapidus: La endeble apuesta de Japón por los chips de la IA
domingo, 17 de noviembre de 2024
Mookie Tenembaum
En los últimos años, Japón intentó recuperar terreno en tecnología, particularmente en semiconductores. Estos diminutos chips son fundamentales en casi todos los dispositivos electrónicos modernos, desde teléfonos móviles hasta computadoras. Sin ellos, nuestra vida digital sería inconcebible. Sin embargo, Japón quedó rezagado frente a competidores como Taiwán y Corea del Sur, donde empresas como Tsmc (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company) y Samsung lideran el mercado. En respuesta, el país lanzó el proyecto Rapidus, una ambiciosa iniciativa para desarrollar chips de última generación. Pero, ¿es este el camino adecuado para Japón?
Rapidus es una empresa japonesa creada para competir en el escenario global de los semiconductores. Su meta es producir chips de 2 nanómetros para 2027, un objetivo ambicioso que actualmente solo Tsmc está cerca de alcanzar. Sin embargo, el contexto es más complejo y plantea interrogantes importantes.
Para que Rapidus produzca estos semiconductores de vanguardia, se estima que necesitaría una inversión cercana a los $30.000 millones de dólares. Hasta la fecha, el gobierno japonés comprometió unos $2000 millones de dólares, una cifra significativa, pero que deja un vacío considerable. La empresa tendría que solucionar esta brecha de financiamiento.
El Peso del Gobierno
Un aspecto central del proyecto es la intervención del gobierno japonés en Rapidus. Se mencionó que el Estado participaría en el proyecto a cambio de acciones en la compañía. Esta participación evidencia la incapacidad de la empresa para funcionar de manera independiente, además de que disuade a los inversores privados, quienes suelen evitar empresas vinculadas a las decisiones políticas.
La fábrica de Rapidus está en Hokkaido, una región que no es conocida por su industria tecnológica. La manufactura en Hokkaido representa menos del 10% del PIB local, muy por debajo de otras regiones como Kumamoto, donde Tsmc ya tiene presencia. Esto implica que Rapidus deberá crear desde cero la infraestructura necesaria para un ecosistema de semiconductores, esto es costoso y llevará tiempo. En otras palabras, Hokkaido no es el lugar más adecuado para un proyecto de esta magnitud.
Además de los recursos financieros e infraestructurales, la producción de chips avanzados requiere un equipo técnico altamente calificado. Hasta el momento, no está claro cómo Rapidus atraerá ingenieros y técnicos a Hokkaido, una región que no es un polo tecnológico.
La Competencia Global
A nivel internacional, Rapidus tiene que enfrentarse a gigantes como Tsmc y Samsung, empresas que llevan décadas perfeccionando sus procesos y cuentan con sólidas redes de proveedores. Estas compañías invirtieron durante años en investigación y desarrollo, mientras que Rapidus está en sus inicios. Sin una ventaja tecnológica clara o una red consolidada de socios, es difícil imaginar cómo Rapidus podría competir al mismo nivel.
Las cosas como son.