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jueves, 28 de agosto de 2025
Munir Jalil
En el ámbito de las finanzas públicas, las noticias sobre déficit, deuda y el Presupuesto de 2026 han sido recurrentes en las discusiones del Ministerio de Hacienda. Sin embargo, hoy nos enfocamos en una labor menos visible pero igualmente crucial: la gestión eficiente de la deuda pública. Esta tarea, llevada a cabo por técnicos especializados, busca optimizar las finanzas del Gobierno, reduciendo tanto el pago de intereses como los niveles de deuda.
La Dirección de Crédito Público, un departamento adscrito al Ministerio de Hacienda, ha sido la encargada de esta labor. Su misión es encontrar las mejores opciones para mejorar el perfil de la deuda del Gobierno, disminuyendo los pagos de intereses y el total de la deuda. Esta labor es comparable a las “recompras de cartera” que realizan los individuos para reducir sus cuotas mensuales, extendiendo el plazo de sus créditos o tomando nuevos préstamos a tasas más bajas.
Recientemente, el Ministerio de Hacienda ha llevado a cabo un conjunto de operaciones de manejo de deuda que han incluido tanto deuda en pesos como en dólares. Gracias a estas operaciones, el Ministerio ha logrado disminuir el nivel de deuda en cerca de $18 billones, una cifra que representa casi un punto porcentual del PIB. Estas operaciones han incluido canjes de deuda y recompras de bonos en dólares. Con los canjes, el Gobierno recibe bonos en circulación a precios de mercado y entrega bonos “nuevos” en referencias de otros plazos. Este mecanismo permite al Gobierno ahorrar la diferencia entre el precio de mercado y el valor inicial de los bonos, reduciendo así la deuda total.
En cuanto a las tasas de interés, dependiendo de los plazos de los nuevos títulos emitidos, estas pueden generar un ahorro a corto plazo al postergar pagos inminentes y moverlos a fechas futuras, aunque a tasas de interés mayores. Todas estas operaciones se han realizado sin recurrir a una figura anunciada en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, Mfmp, que involucraba tomar créditos en francos suizos y entregar bonos como colateral.
Cada anuncio reciente sobre esta última operación ha incluido cambios en el monto, su impacto en las curvas de pesos y dólares, y los papeles aceptados como colateral por las instituciones financieras participantes. En un intento por buscar transparencia, se ha generado más confusión. A veces, es mejor realizar estas operaciones de manera discreta, sin llamar la atención, como ha sido la tradición de la Dirección de Crédito Público durante muchos años. Los canjes y las recompras recientes se han llevado a cabo de esta manera, evitando la imagen de improvisación que pueden generar los anuncios recurrentes de cambios en la estrategia.
No obstante, es importante no subestimar los riesgos inherentes a estas operaciones, como los riesgos de refinanciación, cambiarios y de liquidez local. La gestión de la deuda pública es una tarea compleja que requiere un equilibrio delicado entre transparencia y eficiencia. En este contexto, la labor silenciosa y efectiva de la Dirección de Crédito Público es una tradición que no se puede perder.