Hay campo para las oportunidades
Hoy más que nunca los colombianos valoramos el trabajo que realizan nuestros campesinos. La humanidad actual no había vivido una emergencia sanitaria como la que estamos presenciando en este tiempo. Nunca pensamos que debíamos aislarnos para proteger nuestras vidas, la de las personas que amamos y la de personas que no conocemos.
Desde nuestros hogares, vemos con zozobra la evolución de un enemigo oculto, pero también con esperanza vemos cómo algunos miembros de nuestra sociedad siguen luchando y contribuyendo a nuestro bienestar aún en medio de esta emergencia.
Hoy reconocemos el trabajo de personas que han sido ignoradas por años, quienes desde el anonimato siempre han estado ahí para nosotros y que han sido resilientes a sus circunstancias históricas, económicas y sociales. Gracias a su invaluable labor, en este momento de emergencia social, su esfuerzo garantiza el bienestar y la seguridad alimentaria de los más de 50 millones de colombianos.
Las circunstancias de hoy nos llevan a volver a las bases de nuestra existencia, a nuestros valores en familia, a la solidaridad para con los vecinos y amigos, y a enorgullecernos de lo que somos como colombianos, personas arraigadas a las costumbres en donde la comida es parte fundamental de estas, y en donde el plátano, la yuca, el maíz, la papa, el tomate, la cebolla, el aguacate, el ajo, entre otros, no pueden faltar en las preparaciones.
En este momento de reflexión, le preguntamos a los jóvenes que han despreciado el campo deslumbrados por el movimiento de las ciudades: ¿Será que el campo realmente no tiene oportunidades?
Hoy vemos que es el campo el que sigue trabajando y sigue demostrando que oportunidades sí hay. Es curioso ver cómo ese campo olvidado se ha convertido, en medio de la pandemia, en una tabla de salvación y en garantía de superviviencia y esto da aún más sentido a la labor que realizamos desde la Agencia Nacional de Tierras con el acceso a la tierra que le damos a estos héroes de la patria.
Entre más hectáreas formalizadas tenga el país, más pobladores rurales tendremos habilitados para producir. Por esto, en el Gobierno del Presidente Duque aceleramos los procesos de acceso a la tierra y formalización de la propiedad rural, y lo que antes duraba entre 1 año y 5 años, hoy lo estamos cerrando entre cuatro y dos meses. Eso nos está permitiendo convertir cada 24 horas, a cerca de 29 familias rurales en propietarias con su título registrado.
Así, en 20 meses de Gobierno, ya hemos regularizado y entregado más de 16.744 títulos de propiedad, es decir, más de 16.000 familias pueden emprender o ya están emprendiendo proyectos productivos y gozando de los beneficios que el Estado tiene para ellos.
Hoy vemos como es indispensable seguir apoyándolos y permitiéndoles con su título de propiedad, no solo acceder al sistema crediticio, sino también a los beneficios de incentivos económicos y de extensión que el Estado tiene para ellos. La formalidad y la legalidad coadyuvan para la mejora en las condiciones de la producción, y promoviéndola garantizamos que en el campo haya campo para que muchos tengan oportunidad de emprender.