Analistas 17/09/2022

Programación, el lenguaje global

Natalia Jiménez
Gerente Regional para Latinoamérica Habla Hispana en Deel

Si bien las economías son cada vez más globales e interconectadas, el mercado laboral aún presenta rezagos respecto a la digitalización. En teoría, el internet permite que a través de un clic las fronteras desaparezcan, al facilitar la conexión de millones de trabajadores con grandes empresas en cualquier parte del mundo y viceversa. Sin embargo, en la práctica, el panorama es muy diferente, pues la amplia burocracia, políticas migratorias sumamente complejas, entre otros factores, han generado que la contratación descentralizada sea, en ocasiones, un verdadero dolor de cabeza.

Uno de los sectores que más se ha visto afectado por estas barreras es el tecnológico, como lo señalan datos de la consultora PageGroup, que indican que para el cierre de este año habrá un déficit de 48% en la mano de obra digital en América Latina, y Colombia no será ajena a este panorama. De hecho, según el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (MinTiC), el país tendrá una brecha de talento digital de entre 68.000 y 112.000 desarrolladores de software para 2025.

Estos datos resultan paradójicos, entendiendo que según el más reciente Reporte de Contratación Internacional de Deel, los ingenieros de software y sistemas, así como los desarrolladores web de la región son de los roles más contratados por las empresas en el extranjero. De hecho, según la investigación, una de las áreas laborales con mayor crecimiento en términos de salario en la región durante el último semestre fue justamente la ingeniería, con un aumento del 253%.

Esta situación me lleva a reflexionar y preguntarme por qué existe un déficit de talento tech en América Latina si la región, y específicamente Colombia, son exportadores de estos profesionales. La respuesta es que algunos roles se están adaptando más rápido y fácil a las nuevas dinámicas del mercado laboral que las mismas organizaciones. Una muestra clara de ello son los programadores, dentro de los que se encuentran ingenieros de software, de sistemas, desarrolladores web, entre otros profesionales que les están demostrando al mundo cómo hacen su trabajo de manera eficiente, rápida y, sobre todo, aprovechando las bondades que la interconexión y la digitalización ofrecen.

No sorprende entonces que un ingeniero de software colombiano pueda ser contratado por una compañía internacional con salarios que oscilan entre los $25.200 USD y los $104.700 USD anuales, según lo reportado por Deel. Las empresas globales son conscientes del potencial del talento colombiano y están apostando por quienes se atreven a superar las fronteras. La capacidad adaptativa que ofrecen este tipo de perfiles se compara con la de muy pocas profesiones porque sus habilidades trascienden barreras idiomáticas y geográficas ya que C ++, Python, Java, etc. son los mismos acá, en Reino Unido o en Corea. Los programadores realmente hablan un lenguaje universal.

¿Por qué no ampliar este “poder global” a otras profesiones y descubrir el verdadero potencial de nuestras organizaciones? Si el futuro del trabajo está más distribuido, ¿no deberían las empresas descentralizar su enfoque y desestigmatizar la contratación global? El llamado es a que las compañías reconozcan que vivimos en un mundo globalizado que brinda oportunidades más allá de las fronteras y que nos invita, permanentemente, a pensar de forma flexible e inclusiva.

Las empresas deben adaptarse si quieren crecer y competir, y no pueden ignorar a una fuerza laboral transfronteriza, que contribuye cada vez más al cumplimiento de los objetivos de negocio de las organizaciones. Septiembre, mes en el que se celebra el Día del Programador, es el momento oportuno para destacar la labor de estos grandes profesionales que cada día están demostrando los beneficios de los equipos remotos diversos y están creando el camino para una verdadera globalización del mercado laboral.

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