¿Y a dónde van las heces?
miércoles, 14 de agosto de 2024
Natasha Avendaño
Un ser humano produce, en promedio, 150 gramos de excretas al día; si los multiplicamos por la población de Bogotá y Soacha (unos 9 millones de personas), concluiríamos que nuestro sistema de alcantarillado transporta alrededor de 1.350 toneladas de excrementos diariamente, sin sumar todo tipo de residuos sólidos como animales muertos, grasas, electrodomésticos, colchones o llantas que llegan a la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales -Ptar- Salitre o directamente al río Bogotá.
Si nuestro sistema de alcantarillado solo llevara excrementos, aguas residuales y lodos, su transporte y tratamiento sería mucho menos complicado, pero la mala disposición de residuos nos genera una problemática que no paramos de combatir y se agrava en temporadas de lluvias al tapar ductos y producir encharcamientos o inundaciones. Campañas como “El sumidero no es basurero” o “Que el amor no contamine”, que hemos promovido este año desde la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá -Eaab-, buscan que los ciudadanos tomemos conciencia al disponer los residuos sólidos.
Y es que tratar las aguas residuales no es tarea fácil y le ha costado a la Eaab años de aprendizaje e innovación y miles de millones de pesos. A hoy, ya tenemos 85 % de las aguas residuales separadas de las pluviales; gracias a Ptar Salitre tratamos 30% de las aguas residuales de Bogotá, y con la entrada en operación de la Estación Elevadora Canoas, que ya lleva un avance de 90% en su construcción, podremos iniciar un pretratamiento de las aguas y activar los colectores que hemos construido durante los últimos 15 años.
Pero no es suficiente. Tenemos el firme propósito de construir y poner en marcha la Ptar Canoas, que se será la segunda planta en Latinoamérica con mayor caudal de tratamiento a nivel secundario y la duodécima con mayor caudal de tratamiento en el mundo, pues tratará 70% de las aguas residuales de Bogotá y 100% de las de Soacha, convirtiéndose en el proyecto ambiental más importante del país al impactar positivamente a más de 80 municipios.
Nuestro plan de acción también contempla la actualización y ampliación del monitoreo y medición de caudales en la red de alcantarillado troncal, que permitirá identificar y priorizar zonas de intervención para renovar y rehabilitar redes de alcantarillado, así como el uso alternativo de aguas tratadas en áreas como la minería, los hidrocarburos o la construcción, que restará presión sobre las fuentes de abastecimiento usadas para los sistemas de agua potable.
Hacemos todo lo que la ingeniería y el presupuesto nos permite para tener el sistema de alcantarillado que requiere esta gran urbe, pero nada será suficiente si no tomamos conciencia de que al alcantarillado solo debe ir lo estrictamente necesario. Así, al ocuparnos exclusivamente del problema de las heces, las aguas residuales y los lodos, mejorará la eficiencia de nuestras redes, disminuirán los encharcamientos y avanzaremos hacia una ciudad más amigable con el ambiente.
Ñapa: Debemos repensarnos como sociedad. No podemos seguir descargando los sanitarios con agua potable, es el momento de cambiar hábitos y para empujar los desechos usar agua lluvia o la que se recoge de la ducha mientras ésta se calienta, o la que sobre de la lavadora o del lavado de loza.