En comunicación, la fórmula del éxito está en innovar. Y en 2024 no va a ser una excepción. Podemos decir que ligar estrategia y creatividad apuntala ese éxito. Pero veamos cuáles son las claves para conseguirlo sin poner en peligro los resultados ni la reputación de nuestra organización.
Identificar los KPIs y tendencias que marcan comportamientos. En un momento en qué los hábitos y manera informarse de los ciudadanos han evolucionado, la escucha social avanzada, que va más allá de monitorizar menciones, es la respuesta estratégica para que las marcas puedan analizar grandes volúmenes de datos, conocer las preocupaciones del consumidor o saber qué se está haciendo bien y en qué áreas fallan. Se crea así un proceso de mejora continua que optimiza la experiencia del usuario; la mejor opción para mantenerse competitivo en un mercado impulsado por datos y orientado al cliente.
Llegar a nuestro público a través de nuevos caminos y estrategias. Si tenemos en cuenta que ya solo 1 de cada 2 personas manifiesta interés por leer noticias y que la desinformación genera una creciente desconfianza, es necesario crear una conexión emocional con clientes y consumidores: hacer de ellos brandlovers para que sean los mejores embajadores de nuestra marca, pues damos más credibilidad a otros usuarios que son como nosotros. Ahí están los comentarios en redes que lanzan o hunden marcas.
Evolucionar hacia una comunicación más creativa y participativa. Contamos con más recursos que nunca para conseguir esa transformación. Tenemos que contar historias que ayuden a conocer nuestra marca, transmitan valores e inspiren. Además, tenemos que interactuar con nuestros públicos animándolos a que compartan experiencias a través de encuestas, concursos o desafíos; iniciativas de las que surgirán nuevas ideas para reforzar esos vínculos. Todo ello, sin olvidar que demasiada información satura y genera ruido. El storytelling, usar personajes reales o ficticios u organizar eventos reales o virtuales para nuestros públicos nos ayudarán a comunicarnos con más eficacia.
Explorar nuevos formatos, contenidos y canales hasta encontrar los que mejor se ajusten a nuestros públicos y a nuestro mensaje. Precisamente, Colombia, con una media de 3 horas y 46 minutos, es el cuarto país en el mundo en el que los ciudadanos pasan más tiempo en redes sociales. Esto obliga a, sin perder la coherencia del mensaje, estar presente en todas las plataformas, creando contenido para públicos de diferentes generaciones, sexo o entornos socioculturales, teniendo en cuenta sus gustos, hábitos, prioridades e inquietudes. No olvidemos que la diversidad gana terreno en las sociedades del siglo XXI, y las empresas deben reflejar esa diversidad tanto en sus equipos como en su forma de comunicar.
Reforzar y transmitir nuestro propósito corporativo. En la era de las marcas activistas es esencial conectar con nuestra audiencia por medio de un propósito claro y fuerte. Tiene que ser el punto de partida para construir nuestro relato, porque cada vez son más los consumidores que toman decisiones basadas en la información sobre la actividad medioambiental y social de las marcas.
Y todo ello, sin olvidar el impacto que ya está teniendo la IA en nuestra manera de comunicarnos y que, entre otras consecuencias, nos obliga a ser más humanos, cercanos y transparentes que nunca. Después de más de tres décadas en el sector, tengo claro dos cosas: para tener éxito estrategia y creatividad tienen que ir de la mano; y que 2024 volverá a ser un año apasionante para los que tenemos vocación por innovar en comunicación.