La semana pasada el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica, que me honro en presidir, celebró en Madrid su VI Congreso Ceapi, inaugurado por el Rey de España. Un evento en el que 400 líderes empresariales de ambos lados del Atlántico definieron, desde la óptica del sector privado, una hoja de ruta para que el eje Euro-Latam dé pasos, como afirmó Felipe VI, que “permitan a los países de ambas regiones tomar conciencia de la oportunidad histórica −en un complejo contexto mundial− de avanzar y lograr acuerdos que nos den mayor seguridad y garantías en los intercambios”.

Un trabajo resumido en un Manifiesto con el que empresarios iberoamericanos quieren brindar su aportación a la importante cumbre UE-Celac de julio, bajo Presidencia española de la UE, y que podemos resumir en los siguientes hitos:

1. Potenciar el triángulo virtuoso, formado por España, Europa y Latinoamérica, aumentando el flujo de capitales, bienes, servicios y conocimiento.

2. Establecer una alianza entre la riqueza de recursos de Latinoamérica y la tecnología de Europa para afrontar con éxito la IV Revolución Industrial, marcada por la innovación, las energías limpias y la descarbonización.

3. Impulsar conexiones sostenibles útiles para las personas y el planeta, mediante la inversión inteligente en infraestructuras físicas y digitales en Latinoamérica y armonizar estándares y normativas que refuercen su integración en cadenas de valor globales.

4. Superar la trampa del ingreso medio que afecta a gran parte de Latam, mediante una mayor productividad y competitividad de las empresas.

5. Considerar que la desigualdad no es rentable, desarrollando gobiernos y empresarios iniciativas público-privadas que reduzcan desequilibrios sociales y la pobreza.

6. Promover el rol de la empresa, junto al resto de actores, en el fortalecimiento de sociedades más democráticas, participativas y comprometidas con la igualdad en general y de género en particular, y la meritocracia,

7. Preparar a nuevas generaciones de empresarios, fomentando el diálogo generacional, la formación de calidad y la creación de oportunidades para que desarrollen su capacidad de liderazgo.

8. Iniciar la revolución del talento, mediante itinerarios formativos y profesionales interesantes que atraigan y retengan a los mejores jóvenes.

9. Confiar en el rol de la mujer en las empresas familiares, fomentando la corresponsabilidad intrafamiliar y mejorando sus oportunidades académicas y sus condiciones laborales en igualdad.

10. Abanderar la transición energética en un contexto en el que la UE necesita suministradores fiables de recursos no contaminantes y aliados geopolíticos que aseguren cadenas de suministro mundiales, revirtiendo el cambio climático y generando beneficios para todas las partes implicadas.

11. Apostar por las empresas multilatinas para competir con éxito en el ámbito regional e integrarse plenamente en la economía mundial del siglo XXI.

No olvidemos que son las empresas iberoamericanas las responsables de que España sea el segundo receptor mundial de inversión procedente de Latam, al mismo tiempo que España es primer inversor europeo en la región. Empresas convencidas de que la UE y Latam se necesitan mutuamente en el nuevo mapa geopolítico y geoeconómico global para avanzar a una economía digital y verde. Un camino en el que los empresarios tienen mucho que aportar y cuando es la hora de Iberoamérica. Dentro de 12 meses y en Colombia desde Ceapi se hará balance de lo recorrido en un año clave para europeos y latinoamericanos.