¿Es posible ser líder hoy en una empresa y no serlo en la red? Creo firmemente que ambos conceptos van de la mano y por tanto ejercer un firme liderazgo en una organización no será suficientemente eficaz si no transciende al plano digital.
Internet no sólo ha generado una revolución en la forma de relacionarnos; ha supuesto un verdadero cambio en la propia gestión. Utilizar las redes para proyectar una marca acorde a nuestros valores y objetivos, es una primera fase. Lo verdaderamente apasionante de todo lo que nos ofrece internet comienza por saber aquello que dicen de nosotros. Las redes nos permiten escuchar a todos los stakeholders, una gran ventaja con el fin de detectar a tiempo posibles problemas asociados a nuestros servicios, marcas y empresas. Nos permite identificar a los verdaderos “fans” y seguidores de nuestros productos, para poder atender sus necesidades y que puedan a su vez contagiar su espíritu al resto de públicos. Las redes también nos permiten mantener un contacto más continuado y ágil con nuestro propio equipo. Siempre he dicho que la mejor estrategia de prevención de una crisis es tener a tu propio equipo alineado en torno a un proyecto común. Los directivos necesitan desesperadamente las redes sociales. Es una forma de conocer de primera mano qué se dice de la empresa y de ellos mismos. En ocasiones, la información llega demasiado filtrada a las mesas de la alta dirección. Los directivos también necesitan saber qué está pasando fuera; las tendencias están fuera, en la calle. Internet y las redes sociales nos ofrecen esta información de lo que pasa a nuestro alrededor. Los despachos ya no son suficientes para liderar una compañía.
Pero, ¿cuáles son los grandes motivos por los que algunos líderes no están en la red? Fundamentalmente se resumen en dos: el temor a sufrir ataques o críticas y la falta de tiempo en la agenda de un directivo.
El temor es algo lógico, natural y en cierto modo sensato, fruto a veces del propio desconocimiento sobre el entorno on-line y muchas veces derivado del poco manejo tecnológico de los dispositivos y aplicaciones. El temor se acentúa cuando vemos que existen fuertes críticas y rápidos movimientos contra algo o alguien. Internet no deja de ser un universo plagado de individuos activos unidos por afinidades y sentimientos comunes. Vencer ese “miedo escénico” al diálogo sostenible con un público tan diverso, ciertamente retrae cualquier decisión de “estar o no estar” en internet.
Queda pues en nuestras manos liderar una comunicación proactiva para lanzar los mensajes más convenientes en los canales adecuados. Asumiremos riesgos, claro, pero obtendremos rápido resultados de sus grandes ventajas.
En cuanto a la falta de tiempo que tiene hoy un directivo, es algo que se puede resolver gracias al apoyo de expertos que optimicen el perfil digital minimizando la inversión de tiempo. Definir los mensajes ejes, los públicos y los canales, es algo básico antes de comenzar la interacción digital. De nada servirá tener muchos perfiles en varias redes sociales si apenas tenemos tiempo para construir una estrategia a medio-largo plazo.
Posicionar nuestra marca en internet y ejercer un liderazgo digital es necesario para poder diferenciarnos en este mundo cada vez más global y altamente competitivo. Tomar las riendas del propio destino profesional es algo vital. La web 2.0 y las redes sociales nos facilitan nuevas herramientas donde poder diferenciarnos. Comunicar tiene un coste mínimo y una difusión inmensa dentro de un entorno profesional y empresarial cada vez más convergente.
En estos años en los que hemos desarrollado Coaching digital para numerosos directivos, hemos visto cómo la red les ha permitido ser mejores líderes. El nuevo estilo de liderazgo lo define también internet; un estilo donde el que más seguidores tiene es el que más escucha, el que más comparte, el que nos ayuda a entender lo que va a pasar, el que reconoce los éxitos de los demás y el que cuando se equivoca, simplemente lo reconoce.