El mundo empresarial registra cambios profundos que no sólo afectan a su actividad cotidiana de negocio, sino al enfoque en el que las corporaciones se relacionan con su entorno, su ecosistema, sus públicos. Para afrontar los nuevos retos, las empresas han tenido que diseñar nuevas estrategias, entre ellas de comunicación, y realizar un ejercicio de introspección que ha pasado, entre otras cosas, por reparar en que durante tiempo se habían olvidado de uno de sus principales stakeholder: sus propias plantillas.
Hoy esto ha cambiado. Las empresas han ido dejando atrás sus planes de comunicación de un solo pivote (el público externo) y ya no se discuten el rol relevante de la comunicación interna en la mejora de la reputación, los resultados de negocio y el balance. Las organizaciones han realizado el ejercicio de mirar hacia adentro para crecer hacia afuera. Y ya era hora. Para mí, que como comunicadora y como empresaria estoy obsesionada por la comunicación interna y soy una convencida de la necesaria involucración y alineación de los empleados en los objetivos de la empresa, estamos en el buen camino.
Creo que las corporaciones deben, hoy más que nunca, contar con sus plantillas como motor del cambio: la experiencia me ha demostrado a mí y a muchos otros empresarios que los empleados son la esencia de la compañía, la base sobre la que se sostiene. Los auténticos protagonistas de las organizaciones. Y que la comunicación interna es la pieza estratégica para gestionar y garantizar el éxito. Es vital impulsar el sentimiento de orgullo de pertenencia, vincular, motivar, gestionar el talento y crear engagement con unos empleados, que pueden llegar a ser los mejores embajadores de la compañía, mediante planes y proyectos que les den protagonismo.
Así lo entienden cada vez mayor número de empresas latinoamericanas, especialmente en Colombia, donde detecto especial sensibilidad hacia esta cuestión. Colombia tiene modelos ejemplares de buenas prácticas en comunicación interna. Desde el Grupo EMP (que ya recibió un premio del Observatorio de la Comunicación Interna en España por su proyecto de Boletín Telefónico) a Corona, Minero S.A. o Pacific Rubiales. Todas han desarrollado modelos basados en estrategias multicanal; han fomentando el engagement y dejado atrás patrones jerárquicos. Han optado por parámetros horizontales e impulsado redes de colaboración. Han situado con éxito al empleado y la retención del talento como ejes de transformación de la marca.
En España se siguen muy atentamente las iniciativas latinoamericanas en este ámbito y, de hecho, en el Observatorio de la Comunicación Interna, que en las próximas semanas vivirá su VIII edición y que organizan Atrevia, Capital Humano y IE Business School, se ha creado una categoría específica que premia la mejor experiencia en Comunicación Interna de empresas en Latinoamérica.
Estoy segura de que las buenas prácticas de gestión de personas se han convertido en el mejor marketing corporativo para las empresas. Porque estamos en la era de las personas, y estas son la mejor inversión de una compañía. El uso de internet ha tenido mucho que ver en este cambio de enfoque, en el que se favorece la comunicación multicanal para situar al empleado en el centro. Y aquí es clave una estrategia de tres pasos: saber informar, saber hacer partícipe y saber mover a la acción.
Creo que la Comunicación Interna tiene una influencia decisiva para lograr los objetivos de la compañía, especialmente en un entorno de enorme y creciente competencia empresarial y de una mayor posibilidad de movilidad de los colaboradores. La situación económica ha requerido a las empresas una profunda transformación, les ha llamado a revisar el modelo organizativo para situar a los empleados en primer plano, a transitar por una nueva vía que, juzgo es la adecuada. Las empresas con más éxito hoy son las que han decidido mirar hacia dentro, emocionar dentro y vincular dentro para estar en condiciones de crecer fuera.