Analistas 14/05/2019

¡Qué hablen los expertos!

En los temas de hidrocarburos sobran las opiniones y escasean los argumentos técnicos. Así ocurre en Colombia y en distintos países donde la democratización de los medios de comunicación y la facilidad para hacer virales contenidos engañosos han hecho que la desinformación sea el gran enemigo de la realidad.

En la última década, el fracturamiento hidráulico ha estado vigente en las redes sociales, en la agenda mediática y en las discusiones políticas y energéticas, donde muchos (algunos más famosos que otros) se han empeñado por satanizarlo. Y lo han logrado. En cambio, las voces de los ingenieros, geólogos, expertos en temas ambientales, economistas y otros especialistas no resuenan en la opinión pública ni son tendencia en Twitter.

Los que sí saben de fracking ya han hablado. Algunos, reunidos por iniciativa del Ministerio de Minas y Energía, dieron a conocer el informe final de su investigación donde recomiendan avanzar con proyectos piloto integrales de investigación que confirmen que es posible hacer esta actividad de forma responsable. Esto permitiría generar las condiciones necesarias para aumentar el uso del gas natural que, como menciona el informe, tiene impactos muy positivos en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y de material particulado fino que afecta la calidad del aire.

Claro, esta misma comisión sugiere cumplir con algunas condiciones antes de iniciar los programas piloto y que son tareas que deben cumplir el gobierno y la industria. Entre estas está la disponibilidad de toda la información sobre los procesos extractivos en las áreas de influencia del proyecto, lo cual le dará mayor transparencia a la gestión y permitirá un mejor seguimiento. También piden profundizar el diálogo con las comunidades y crear canales de comunicación más efectivos con las autoridades locales.

Otra de las condiciones está relacionada con la definición de líneas base ambientales y sociales que permitan obtener el conocimiento de la biodiversidad, los acuíferos y la calidad del aire de las áreas de influencia de los proyectos para prevenir eventuales impactos.

“Un buen nivel de conocimiento hidrogeológico y de los usos del agua, generado o verificado por entidades públicas, permitirá evaluar y minimizar el nivel de riesgo”, afirma el reporte de manera consistente con la regulación técnica y ambiental existente desde 2014.

En los últimos siete años el país generó el conocimiento necesario sobre el fracturamiento hidráulico, teniendo en cuenta las experiencias y buenas prácticas internacionales, la evaluación de las preocupaciones ambientales asociadas a la actividad y la regulación para mitigar esos posibles riesgos y proteger el medio ambiente.

Esto es reconocido por la Contraloría General de la República que en su informe de diciembre de 2018 explica que “en Colombia existe un marco regulatorio y legal reciente con buenos estándares de regulación en comparación con otros países que han aplicado la técnica”.

En resumen, estamos listos para iniciar los proyectos piloto.

Sería inconveniente negarle a Colombia la oportunidad de aprovechar sus recursos. Es cierto que hay países que ya lo han hecho, pero -como concluyó el panel de expertos- han sido decisiones determinadas por la política electoral en estados que no dependen de la producción de hidrocarburos.

En este debate debe primar la razón y la ciencia sobre el populismo, los estudios científicos sobre la histeria de las redes sociales y las voces especializadas sobre los gritos emocionales. Dejemos que los expertos hablen.

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