El profesor: mediador del impacto social
Uno de los grandes desafíos que actualmente tienen que resolver la Instituciones de Educación Superior (IES) en el mundo, pero muy en particular en nuestro territorio colombiano es la pertinencia de sus proyectos educativos institucionales. Además de las apuestas por la calidad, lo que consideraría cualifica los desarrollos de estas es su impacto social en medio de las realidades de vida de las personas, comunidades y territorios. Muchas de las IES colombianas están asumiéndose como agentes de cambio transformador, a través de sus estudiantes y de todo el grupo de colaboradores -especialmente los profesores- al involucrarse de manera decidida con las comunidades e invitándolas a ser socias activas para lograr ese impacto social en perspectiva de innovación social, para entregar esperanza para el presente y futuro de sus vidas.
En Colombia, Ascun publicó hace algunos meses el documento titulado: “El profesor universitario”, un estudio en que se definen las características propias del profesor como actor fundamental en las dinámicas de la educación superior, frente a los retos relacionados con las funciones sustantivas, particularmente la proyección social. En esta investigación se recalcó que: “Las Instituciones de Educación Superior deben retomar al profesorado como eje central del proceso educativo; lo que requiere contar con profesores íntegros, con coherencia en su palabra y acción, comprometidos con su quehacer, virtuosos de su labor y críticos antes los cambios de su entorno, sin desconocer los valores propios de los seres humanos con los que está en constante reciprocidad” (crf. Ascun, 2017. p. 45).
Si lo que se pretende es transformar o innovar socialmente a través del sistema educativo superior, se hace necesario romper con los paradigmas que por mucho tiempo han llevado a no acelerar o no precipitar estos cambios en las IES. Esto implica tomar conciencia y hacer la praxis del cambio. En el fondo se trata de una deconstrucción del rol del profesor para proponer elementos innovadores que superen las eternas prácticas de un modelo tradicional educativo: la fuerza de una lógica de mérito individual relacionada con una racionalidad técnica que significa el aprendizaje no centrado en el alumno y donde el profesor tiene el poder del conocimiento que transmite a sus alumnos sin tener en cuenta la realidad y el contexto donde el alumno se desarrolla, incluso sin distinguir estilos de aprendizaje.
Sin duda, el uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), que apoyan y potencializan el ejercicio docente, hacen del proceso de enseñanza-aprendizaje un ejercicio dinámico y cambiante, donde se da una auténtica gestión del conocimiento. Las investigaciones sobre el papel mediador del profesor en el acto educativo indican su rol protagónico en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Este profesor, desde su acción mediadora, lleva a los alumnos a aprender y aprender aprovechando lo que hay a su alrededor y son estos quienes tienen la responsabilidad de construir su propio conocimiento. Esto lleva a que el profesor adquiera muchos calificativos tales como arquitecto, constructor, puente, motor, transformador, adaptador, amplificador, entrenador, filósofo, terapeuta, guía, gestor, lanzador, brújula, chef, médico, samaritano, director y actor.
Este impacto social que genera el profesor mediador en los estudiantes deberá estar por encima de los indicadores con los que estamos acostumbrados a medir la docencia y la investigación, de forma tal que las IES vayan más allá y ayuden a crear líderes y comunidades más fuertes que conduzcan a desarrollos en perspectiva de la justicia, equidad y movilidad social.