Infraestructura a favor de la calidad
En una época de transformación digital y sus efectos en la educación superior, surge la pregunta de ¿cómo enseñar a los estudiantes de manera efectiva en entornos digitales? En este sentido, el escenario o ambiente (físico y virtual) de aprendizaje es determinante para los resultados e impactos del aprendizaje, es decir que contribuye, sin duda alguna, a la calidad de los procesos formativos. Asimismo, la infraestructura debe aportar al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, haciendo énfasis particular en aspectos de acceso, equidad, inclusión, diversidad, convivencia, bienestar, innovación, capacidad tecnológica, resiliencia y consumo responsable.
Los espacios físicos o virtuales deben cumplir con criterios de flexibilidad, colaboración, creatividad/innovación y autogestión/autoaprendizaje. El diseño y desarrollo de espacios deben atender a un modelo pedagógico sustentado en el “aprender a aprender” y al “aprender haciendo, viviendo, sintiendo y sirviendo”, ajustado a las nuevas formas de aprendizaje y enseñanza, ofreciendo una gama de espacios apoyados en un modelo Beats, para que los usuarios escojan cómo utilizarlos, de acuerdo con sus necesidades, y con ello, que el aprender se convierta en una experiencia significativa y trascendente.
Toda la infraestructura debería seguir un modelo Beats (latidos de corazón en inglés), es decir, de espacios dotados de: Bienestar, convivencia y mindfulness; Emprendimiento e innovación; Arte, creatividad e inspiración; Tecnología, internacionalización y sostenibilidad; y Sociedad, ciencia y conocimiento para la transformación social y la sensibilidad ambiental.
Así, los espacios de aprendizaje deben ser accesibles, inclusivos e inspiradores, enviar mensajes de coherencia entre lo establecido en el Proyecto Educativo Institucional (PEI), y los perfiles de egreso de los programas, para todas las modalidades y niveles de formación.
Resulta imprescindible que las Instituciones de Educación Superior (IES) diseñen y ejecuten planes de inversión en infraestructura en pro de calidad académica, que apalanquen la acreditación de programas e institucional, y que, a su vez, respondan al círculo virtuoso de autorregulación mediante la financiación de acciones de mejoramiento, producto de los ejercicios periódicos de autoevaluación.
Con base en el aseguramiento de la calidad y en las buenas prácticas, en el aterrizaje del Proyecto Educativo Institucional a la realidad concreta de la infraestructura, así como en la observancia de las tendencias en educación superior, las prioridades recomendadas en el modelo Beats serían las siguientes:
1) transformación de las bibliotecas en centros de recursos para el aprendizaje y la innovación (proyección social e investigación); 2) diversidad e innovación en ambientes y espacios de aprendizaje libres; 3) infraestructura innovadora para el desarrollo de competencias de emprendimiento, investigación, creatividad y comunicación oral a microescala; 4) infraestructura renovada para la docencia directa -salones y laboratorios-; 5) infraestructura de laboratorios al aire libre: hacia ambientes de aprendizaje integral en espacios novedosos para la docencia y la investigación; 6) infraestructura disruptiva para el bienestar, las habilidades socioemocionales y el apoyo en salud mental para la permanencia; 7) nuevos espacios para dar respuesta a los retos del modelo de interacción cuádruple hélice; y 8) espacios propios innovadores para los profesores, investigadores invitados, jóvenes investigadores y doctorandos. Para ser implementadas en el modelo de forma exitosa e integral, estas prioridades deben tener en cuenta habilitadores, tanto tecnológicos como humanos y arquitectónicos, generando armonías entre: la disponibilidad de estos espacios en el campus digital para toda la comunidad y todas las modalidades; las implicaciones para un nuevo talento humano académico-administrativo; y la conexión arquitectónica entre el espacio y la pedagogía. En conclusión, esta sería una infraestructura repensada para la educación superior que contribuye a la calidad académica de hoy y del futuro.