Las alianzas en educación superior
En el ejercicio investigativo, pero también desde la praxis de las organizaciones, se ha comprobado que la constitución de las alianzas es muy importante para alcanzar los objetivos institucionales o la misión final de estas. Hoy el trabajo colaborativo y participativo ha adquirido mayor relevancia superando esos paradigmas de autonomías que rayaban en egoísmos sin sentido y, peor aún, haciendo imposible el impacto significativo de las Instituciones de Educación Superior (IES) en su propósito de prestar un servicio pertinente de educación y al mismo tiempo de ser un actor sustancial para el ecosistema de apoyo y fomento al desarrollo de las regiones y territorios. En síntesis, podemos afirmar que la realidad de las alianzas para encontrar colaboración y un trabajo en red son necesarias y funcionan.
En perspectiva de la educación superior, cada vez más se hacen imperiosas y de gran valor las alianzas debido a la cantidad de desafíos y retos que el sector tiene para lograr transformar la vida y la realidad que rodea a cada mundo educativo, a ese contexto donde están las instituciones.
Las IES hoy no pueden pensarse y actuar como antes lo hacían, quizá encerradas en sus propias preocupaciones de generación y gestión del conocimiento producido por su comunidad académica, sin una mirada a su alrededor y encontrar allí oportunidades para ser actores significativos en la consecución de transformaciones, pertinentes con las demandas del entorno. Las IES asumen, en coherencia con su misión, una posición de frente al contexto y se hacen participes de la construcción, junto con otras instituciones -de allí el valor y el alcance de las alianzas-, de aportar a esa transformación de las realidades que ameritan la apropiación social del conocimiento que producen.
Cuando miramos a nuestro alrededor y encontramos tantas necesidades, las IES tienen un papel y deber ético de aportar. De allí el llamado a construir alianzas o asociaciones con los diversos sectores con los cuales entran en relación, llámese sector industrial, gubernamental, con la misma comunidad donde se encuentran plantadas. Se trata de hacer posible ese diálogo constante y dinámico que involucra las dimensiones de lo político y económico para desarrollar los programas y apuestas de investigación que sean necesarios para la consecución de los objetivos de su misión. En este contexto, cobra mucho sentido ese trinomio que por tantos años se ha visionado y que en algunas regiones del país y del mundo se ha ido logrando con efectos positivos.
Se trata de esa triple (o cuádruple hélice) entre la educación superior con el gobierno y la industria (y la sociedad). Las IES tienen la responsabilidad de promover estas relaciones para alcanzar grandes transformaciones regionales y nacionales, y con ello, mejorar las condiciones de vida de las personas y comunidades.
Muchas IES quieren ir más allá de las alianzas de institución a institución, y quieren desarrollar alianzas con la industria, la sociedad civil y cualquier cantidad de organizaciones que puedan ayudar al logro de sus misiones, generar, gestionar y apropiar conocimientos pertinentes para la transformación de las realidades, entre otras, una educación de calidad inclusiva y equitativa, garantizar un trabajo decente y el crecimiento económico.