¿Qué esperan los estudiantes?
Hace unos días estuve en una reunión que congregaba a un número importante de colombianos alrededor de la entrega del premio del empresario del año. Allí se resaltó la importancia de la libertad empresarial y de emprendimiento que deberíamos defender como fundamental principio de la democracia. En este contexto, como siempre sucede, algunos de los presentes preguntaron por la educación de los universitarios de este país y lo que las Instituciones de Educación Superior (IES) están haciendo para cerrar la brecha -que se dice existe- entre las competencias y habilidades con las que los estudiantes salen de su ciclo formativo, y lo que los empleadores esperan. En este sentido, la queja es que las empresas no logran lo que quieren y esperan de las IES.
Desde hace algunos años, antes de la pandemia, con el desarrollo de la era digital y las nuevas formas de comprender el mundo del trabajo, se dice que el talento humano es la clave del éxito de ambas realidades, y no es sólo la cuestión técnica. Teniendo en cuenta lo anterior, es claro que los empresarios deseen encontrar una fuerza laboral, con la combinación adecuada de habilidades blandas como el trabajo en equipo, la comunicación y la adaptabilidad, y las competencias duras propias del campo, o disciplina en las que se ha formado. Frente a las diversas opciones que un estudiante tiene después de graduarse, es evidente que lo que más importa es su inserción exitosa al mercado laboral y desarrollar su proyecto de vida acorde con lo aprendido, conectándose de manera directa con los sectores económicos. De allí que sea necesario que las IES proporcionen a los estudiantes un proceso de aprendizaje que los prepare con calidad para el mundo del trabajo.
A través de aprendizajes basados en retos y proyectos, los estudiantes se relacionan con el mundo real de la empresa y adquieren así la confirmación y perfeccionamiento de las habilidades adquiridas durante su proceso educativo. Estar en contacto con la realidad, a través de las pasantías o prácticas profesionales hace que las IES evidencien su compromiso con una enseñanza y aprendizaje relevante, es decir, pertinente.
Una cuestión crítica que las IES deben abordar es la transformación de la experiencia del estudiante. Si es verdad que estas han estado colocándole cuidado a la innovación, la investigación y la colaboración con la industria, asuntos que obviamente son importantes, a menudo descuidan a las partes interesadas clave del sector educativo.
Existe la necesidad de una innovación radical que brinde a los estudiantes una experiencia de aprendizaje que nunca olvidarán, un profundo amor por el aprendizaje permanente y conocimientos y habilidades transportables que los preparen para la nueva era de los robots. Las IES necesitan reinventar los campus, como ya lo expresé en días pasados, de una colección de edificios a un laboratorio viviente para que los estudiantes inventen sus trabajos y contribuyan al cambio. Muchas IES ya están implementando iniciativas estratégicas para responder de modo positivo a la experiencia de los estudiantes.
Quizá una de las estrategias más significativas que las IES deberán implementar para alcanzar el éxito de sus estudiantes gira en torno a la dinámica del bienestar estudiantil, lo que también se conoce como asuntos estudiantiles. Aprender a comunicarse asertivamente, a manejar la inteligencia emocional y tener buenas relaciones con los demás es indispensable para que los estudiantes encuentren sentido a sus vidas. Los estudiantes quieren una relación diferente y más fuerte con sus IES. Es por ello que se requiere una acción de re-imaginación por parte de estas para que se conviertan en acompañantes y entrenadoras a lo largo de la vida.