Tradicionalmente, las Instituciones de Educación Superior (IES) no han sido percibidas como campeonas de la experiencia de la comunidad académica, especialmente de los estudiantes. Más bien son conocidas por ser tradicionales, paquidérmicas, rígidas y centradas en la enseñanza de arriba hacia abajo y no en el aprendizaje desde el diseño de experiencias de los usuarios. El servicio a la comunidad, los trámites infinitos y largos, distan de las metodologías ágiles que miden en permanencia la satisfacción y el resultado. Generaciones de estudiantes han padecido y siguen padeciendo estos males.

Por ello, se hace fundamental transformarse para cambiar esta realidad, enfocándose en procesos ágiles, adaptados, personalizados, centrados en el diseño de productos, servicios y procesos basados en “experiencias”, para lograr transformar la vida de los estudiantes. Gracias a los programas de transformación digital, acompañado por las mejores prácticas internacionales, las IES colombianas están desarrollando innovaciones, prototipando soluciones en permanencia, diseños de productos mínimos viables (PMV) en lo académico y lo administrativo, para solucionar, aprender y escalar.

La omnicanalidad, el servicio 24/7/365 está impactando significativamente para apoyar cualquier inquietud de los estudiantes. En esto, el uso de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG), será un apoyo fundamental para unificar y personalizar todos los servicios necesarios para el desarrollo del proyecto educativo de los estudiantes.

El desafío es comprender esta nueva era de la educación superior y transformarse, innovar, tener menos miedos y ser disruptivos. Sin embargo, es importante subrayar que también existen brechas digitales entre nuestros jóvenes, y debemos adaptarnos a todos los niveles de madurez digital de ellos y de los profesores, con el propósito de jalarlos hacia los niveles más altos y que se conviertan en expertos. Bien usadas las tecnologías serán promotoras de igualdad, movilidad social y profesional. Sólo así los productos académicos podrán ser transformados.

Usando el poder de lo digital en la experiencia de aprendizaje del estudiante, se deberán desarrollar nuevos productos que, aliando lo mejor de lo presencial, digital y virtual, permitan a los estudiantes graduarse rápidamente con calidad, tener un aprendizaje personalizado en función de sus estilos, gustos e intereses, con recursos inclusivos y diseños para adaptarse a cualquier condición especial que apliquen en la práctica a la solución de problemas del mundo real, con clases invertidas, asistentes personales de aprendizaje y coaches individuales digitales disponibles en todo tipo de canal de conexión (celular, computador, tableta, etc.).

La transformación de la experiencia deberá ser total. Sin embargo, sigue siendo un reto que todos nos integremos a las tecnologías más emergentes que hoy definen el presente y futuro de la educación superior.

Comprender la experiencia como la provocación de respuestas emocionales positivas de nuestros usuarios es fundamental para desatar un proceso de aprendizaje exitoso, placentero, y eficaz. La tecnología es nuestro mejor aliado para romper brechas de inequidades y desigualdades tan pronunciadas en el territorio colombiano. Con un uso ético consciente, la transformación que provoca la tecnología es una de las palancas más importantes del éxito de toda una nueva generación de estudiantes colombianos.