Analistas 18/03/2023

Tres prioridades para la transformación educativa

P. Harold Castilla Devoz
Rector General de Uniminuto

Desde nuestra responsabilidad como líderes de la educación debemos seguir manifestando la relevancia y el valor de la educación superior en la sociedad presente y futura. Las Instituciones de Educación Superior (IES) son agentes vitales de cambio que tienen la capacidad y el deber ético de dar forma a las agendas locales y globales.

Uno de los temas más importantes hoy en esta perspectiva de cambio tiene que ver con la necesidad de conectar la apuesta de aprendizaje de los estudiantes y la realidad del cambio climático a través de una nueva alianza para la educación verde. Se requiere establecer objetivos en materia de creación y acreditación de programas y facultades ecológicas, de inclusión de la educación sobre cuestiones climáticas en los planes curriculares y de formación de docentes en este ámbito.

En este mismo orden de ideas, otro desafío que hay que abordar es el del aprendizaje digital de los estudiantes. La conectividad se ha convertido claramente en un factor clave para garantizar el derecho a la educación. Seguimos esperando una política gubernamental de fomento clara para que esta iniciativa tenga una acción más pública y que nadie quede excluido o por fuera de las grandes posibilidades del mundo educativo. Así mismo, uno de los grandes temas que no podemos dejar por fuera de estos grandes desafíos para el gobierno nacional y para el sistema mixto de educación superior colombiano, y también mundial, es la financiación. Este es otro aspecto crucial para permitir la transformación de la educación.

¿Sabía que uno de cada tres países gasta menos de 4% de su PIB, y menos de 15% de su presupuesto en educación? Se calcula que se necesitan 200 mil millones de dólares anuales adicionales de financiación de la educación para que los países de ingresos bajo y medio-bajo se encaminen hacia la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (Educación de calidad). Todo esto nos invita a la acción inmediata en el marco de la política pública que aún parece que estuviera en construcción, mucho más con los acontecimientos de cambio en el “timonel” del Ministerio de Educación Nacional (MEN).

Estos tres aspectos que señalo, en síntesis, cambio climático, digitalización y financiación de la educación superior son elementos clave para que se desarrolle una verdadera transformación de la educación en nuestro país. Las tasas de pobreza, exclusión y desigualdad hacen que muchos colombianos no aprendan lo que necesitan desarrollar en el contexto de sus potencialidades; si logramos ello, aportamos a la dignificación y mejora de sus proyectos de vida y de entornos familiares, siendo estos la base del desarrollo social sostenible del país. Necesitamos que la educación sea de verdad inclusiva e incluyente y, al mismo tiempo, transformadora.

Es fundamental fomentar y garantizar que todos los educandos tengan un acceso y participación sin obstáculos, que estén seguros y sanos, libres de violencia y discriminación, y que reciban apoyo con servicios de atención integral, especialmente en su salud mental.

La transformación de la educación requiere un aumento significativo de la inversión y debe estar respaldada por un fuerte compromiso político, una planificación adecuada y fuentes de información sólidas. Transformar la educación significa dotar a los educandos de los conocimientos, las competencias, las actitudes y los valores necesarios para ser resilientes, adaptarse y estar preparados para un futuro incierto, contribuyendo al mismo tiempo al bienestar humano, medioambiental y al desarrollo sostenible.

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