Existen países que tratan como héroes a músicos, artistas, militares e incluso a animales. Por su parte, Colombia tiene talentosos artistas y gloriosos deportistas que nos llenan de orgullo cada vez que ponen en alto el nombre del país en muchos rincones del mundo, pero pasamos por alto a un personaje fundamental que debería ser considerado un verdadero héroe en este país: El empresario.
Y no me refiero solamente al empresario que es dueño de una gran empresa, sino también a la dueña del puesto de empanadas, al que montó su salón de belleza, a esa que soñaba con local de comidas y por fin pudo hacerlo, al de la floristería del barrio, a la de la papelería de la cuadra, a la de la tienda de ropa, a tantos y tantos empresarios que a diario se levantan a trabajar para hacer de este país un mejor vividero.
¿Y por qué deben ser considerados héroes?
Mire a su alrededor mientras lee este escrito. Observe lo que tiene a la mano, los objetos que tiene cerca, lo que lleva puesto; piense en qué comió hoy, qué servicios ha consumido durante el día. Recuerde dónde compró esas cosas, quién las produjo y cómo llegaron a usted. Todo eso fue posible gracias al ingenio y al ahorro de alguien que le ha ayudado a usted a hacerle la vida más fácil; gracias a un empresario.
El empresario es un portador del riesgo por definición. Desde que tiene la idea de negocio en la cabeza ya está arriesgando algo: tiempo, salud, dinero. Ideó un producto o servicio para cautivar al mercado (sus posibles compradores). Pensó en los demás, incluyéndolo a usted que lo adquirió. Para llegar a materializar esa idea de negocio arriesgó un capital en calidad préstamo o posiblemente de sus ahorros (muchas veces lo único que tenía) y seguramente le ha puesto alma, vida y corazón para mantener su empresa en pie.
En este punto, tal vez se seguirá preguntando usted qué hay de heroico en todo esto.
Pues en Colombia, aparte de los retos que tienen todos los empresarios de todo el mundo: las ventas, los movimientos de la competencia, cómo innovar para no perder vigencia, el dinero para pagar la renta, el bienestar de sus empleados, etcétera, los nuestros deben pensar además en la enorme carga de impuestos, las numerosas regulaciones, los miles de trámites, los obstáculos, las trampas, la inseguridad jurídica, la violencia, los paros, el vandalismo, la falta de infraestructura, los fraudes, los intermediarios, los altos costos salariales, cómo pagar las primas, los abusos de autoridad, las múltiples interpretaciones de las normas, los reportes en centrales de riesgo y tantas otras cosas.
Los empresarios en Colombia aportan la mayoría del recaudo de impuestos con los que funciona el Estado y cabe anotar que esta carga impositiva es una de las más altas del mundo. Y como si fuera poco, son las empresas las mayores fuentes de empleo y oportunidades en el país.
Por eso, ser empresario en Colombia es un verdadero acto heroico, el cual está lastimosamente subvalorado en este país, donde el empresario tiene apenas una imagen positiva un poco por encima de la negativa ¿Es esto justo?
Si usted no es empresario, tal vez lo sea algún familiar o alguno de sus amigos cercanos. Piense en ellos cuando se refiera a “los empresarios de Colombia” y hagamos que esos buenos empresarios que trabajan a diario por este país, sean considerados verdaderos héroes nacionales.