¿Cuál es la alternativa?
La burbuja en la renta fija se sigue inflando
Los mercados financieros están llegando a nuevos extremos. Los rendimientos de los bonos soberanos continúan cayendo. Por ejemplo, el rendimiento del soberano alemán a 10 años ha caído a 0,01%, el nivel más bajo en la historia. Inclusive, a finales de mayo, el total de bonos con un rendimiento negativo llegó a US$10,4 billones (US$10.400.000.000.000).
Otra evidencia de la situación absurda en que se encuentra el mercado es que Suiza acaba de emitir CHF 383,1 millones en bonos a 13 años con un cupón de 0%, a un precio de 103. Aun cuando los expertos ya tienen mucho tiempo advirtiendo sobre los riesgos de la renta fija, la burbuja sigue inflándose.
Es evidente que tarde o temprano esta burbuja se romperá, o al menos se desinflará. Mientras tanto, otros activos líquidos (como bonos de alto rendimiento y la renta variable) se siguen beneficiando, aunque la volatilidad de los mercados bursátiles ha aumentado considerablemente en los últimos 12 meses, lo cual complica las decisiones de inversión, por la dificultad de tener un buen momento de entrada.
Más volatilidad en la renta variable
El índice más importante de la bolsa norteamericana, el S&P 500, se sitúa solo 2% por debajo del nivel máximo de la historia. La reciente recuperación fue impulsada por las expectativas de un mayor estímulo monetario y una mejoría de la industria petrolera, gracias al fuerte rebote del precio del crudo. Ante la ausencia de noticias económicas negativas (como devaluación en China o “Brexit”), es probable que el rebote en las acciones continúe. De hecho, una ruptura del nivel más alto del año pasado podría ser un catalizador técnico muy positivo. Por otra parte, si el mercado falla en romper los máximos históricos, podríamos ver otra corrección en las próximas semanas, lo cual deberá de ser otra oportunidad de compra para los inversionistas.
El problema es que predecir el momento de una corrección es imposible. Además, inversionistas que venden acciones típicamente tienen muchas dificultades en volver a entrar al mercado, porque si las acciones siguen subiendo, no quieren comprar a un precio más alto. Y si hay una corrección, normalmente hay mucho miedo porque nadie sabe la duración y profundidad de la corrección.
¿Cómo invertir?
Los inversionistas están en un dilema. De un lado, la valoración extrema de la renta fija los obliga a correr más riesgo. Por otro lado, hay mucha volatilidad e incertidumbres en la renta variable, y tener un momento de compra y ventas perfecto es imposible. En este ambiente es muy importante respetar el horizonte de inversión y el perfil de cada inversionista. Aunque la renta fija no pague nada, no es recomendable hacer cambios bruscos en la asignación de activos y modificar el perfil. Lo más importante en este entorno es tener claridad sobre el horizonte de inversión e implementar una estrategia a largo plazo, donde lo fundamental es la valoración, y la mayoría de los activos líquidos tradicionales tienen valoraciones elevadas.
En lugar de moverse de la renta fija a la renta variable, es mucho más recomendable de buscar alternativas para la renta fija con un perfil de riesgo parecido, pero con un potencial de retorno por encima de cero. En la renta variable, inversionistas deberían contar con una estrategia a largo plazo, enfocándose en empresas de muy buena calidad. Adicionalmente, para inversionistas que no necesitan la liquidez inmediatamente, proyectos de capital privado sirven como alternativas, siempre y cuando cumplan con los altos requisitos de debida diligencia y diversificación de activos.