Analistas 03/05/2015

Diciendo a los multimillonarios lo que quieren oír

¿Perdieron una elección? ¿Hicieron un pronóstico económico que resultó ser risiblemente erróneo? No importa, siempre hay un trabajo disponible al cual caer.

Obviamente, esta realidad tiene importantes efectos de incentivos. Fomenta que los conservadores se casen con posturas cada vez más burdas, porque no necesitan ser tomados en serio fuera de su universo cerrado. Pero he estado notando que también los vuelve notablemente perezosos.

Por tanto, Matt O’Brien se maravilló recientemente en Twitter del artículo más reciente de Stephen Moore en The Weekly Standard, por sus “afirmaciones selectivas y sin bases”. Lo que no señala el Sr. O’Brien, un reportero de economía de The Washington Post, es que estas afirmaciones no son nuevas; el Sr. Moore y otros las han pronunciado muchas veces, y han sido totalmente refutadas.

No, los ingresos no crecieron milagrosamente durante el gobierno del presidente Reagan; si ajustamos (como deberíamos hacerlo, obviamente) a inflación y crecimiento poblacional, crecieron menos en los años de Reagan que durante los mandatos de los presidentes Ford y Carter, y mucho menos que durante el gobierno del presidente Clinton. Sí, la participación de los impuestos pagados por los ricos aumentó, pero solo debido a la creciente desigualdad, que elevó la participación en el ingreso de los ricos. Y así por el estilo.

Entonces, lo notable es que el Sr. Moore, un investigador sénior de la Fundación Heritage, ni siquiera intente crear distorsiones nuevas (lea su artículo aquí: tws.io/1zkMZGe).

Simplemente saca los viejos argumentos refutados, ignorando las críticas. Hay muchas formas en que podríamos describir su trabajo, pero para mí la frase que destaca es: simplemente pereza pura.

Pero, otra vez, ¿por qué no?

La audiencia para este tipo de cosas no quiere ideas reales; simplemente quiere afirmación de lo que ya cree, y no le importa cuánto se avergüence alguien, siempre y cuando esté en el lado correcto, ideológicamente.

Alguien como el Sr. Moore efectivamente enfrenta 100 por ciento de tasa impositiva marginal sobre su esfuerzo intelectual; sin importar el mucho o poco tiempo que dedique a decir verdades, no tendrá ningún impacto en su carrera.

Y la Fundación Heritage recibe lo que paga.