Las buenas noticias económicas en estados unidos no deberían llevar a complacencia
Pero (ya sabían que iba a haber un “pero”) las buenas noticias pueden convertirse en malas si fomentan complacencia.
Predeciblemente, habrá exhortos para responder a las buenas noticias normalizando la política monetaria y elevando pronto las tasas de interés.
Y en cierto punto vamos a querer elevar las tasas por arriba de cero. Pero es importante decir que a) seguimos estamos altamente inciertos sobre la fortaleza subyacente de la economía, y que b) los riesgos siguen siendo muy asimétricos, donde apretar muy pronto es más peligroso que apretar muy tarde.
Sobre a), la incertidumbre envuelve varias dimensiones: no sabemos cuánto tiempo seguirán las buenas noticias de empleo; no sabemos qué tan lejos estamos del pleno empleo, y no sabemos cuánto deberían aumentar las tasas de interés incluso cuando lleguemos al pleno empleo.
Sobre b), sabemos cómo enfrentar inflación superior a la meta; es un problema, no una trampa. Pero si caemos en una trampa como la que está experimentando Japón, o como en la que la eurozona ya parece estar, salir es muy difícil. Realmente no queremos correr el riesgo de apretar muy pronto, para después encontrarnos buscando inercia desesperadamente en un ambiente de tasas cero.
Por tanto: la Fed debería esperar hasta que se le pongan los ojos blancos a la inflación antes de elevar las tasas; y por inflaciónquiero decir inflación claramente por arriba del 2 por ciento, y si se hiciera mi voluntad, mucho más arriba.
Famosos fracasos falsos de predicción
Dean Baker, codirector del Centro de Investigación Económica y de Política (CEPR, por su sigla en inglés), ha estado molesto, y con justa razón, con las recientes afirmaciones de que los keynesianos no pronosticaron una recuperación económica lenta en Estados Unidos. El Sr. Baker y yo nos tirábamos los pelos a principios de 2009, advirtiendo que el estímulo de Obama era muy pequeño y de poca duración.
Pero de hecho la cosa es peor. Tal como lo señaló el Sr. Baker en el blog del CEPR (aquí: bit.ly/1Gauxzj), Robert Samuelson, un columnista de The Washington Post, está tomando el hecho de que este ciclo económico no se pareció a ciclos previos como evidencia de que los keynesianos no entienden de macroeconomía y que, por tanto, ni siquiera deberían intentar ayudar a la economía. Pero mucho antes que la recesión fuera oficial yo ya pronosticaba una prolongada recuperación sin empleo, y expliqué cuidadosamente por qué.
También, a menudo recibo comentarios sobre la línea de “si es tan inteligente, ¿cómo es que no vio venir la burbuja inmobiliaria?”, cuando no solo la vi venir (aunque el Sr. Baker la vio mucho antes), sino que recibí muchos reproches por atreverme a cuestionar el Auge de Bush.
Bueno, supongo que no se puede esperar que la gente sea consciente de lo que digo, en vista de que tan solo escribo para una oscura publicación de la que nadie ha oído.