Esta semana fue el lanzamiento de mi nuevo libro de “Bienestar Digital”. Para todos los lectores de La República, quisiera hacer un pequeño resumen sobre los contenidos que encuentran allí y la importancia de este tema cuando estamos entrando en la era de la Inteligencia Artificial.
El concepto del Bienestar Digital nace de entender cómo podemos interactuar de forma sana y equilibrada con la tecnología. Hace un par de años vi un documental en Netflix llamado “El dilema de las redes sociales”, allí se observa cómo la interacción con la tecnología impacta en la felicidad, autoconfianza y autoestima de las personas. Muestra cómo el mal uso de las plataformas tecnológicas estaba ocasionando autolesión, suicidios, baja autoestima, fatiga crónica, cansancio laboral debido a la sobrecarga de uso de las herramientas tecnológicas. Un ejemplo que trae el documental es el botón de “Me gusta/like”, una función tan sencilla como darle la posibilidad al usuario de manifestar si le gusta algo publicado o no, ha ocasionado cambios a nivel químico en el cerebro, generando al creador del contenido, persona que subió la foto, una carga de químicos que generan felicidad o, todo lo contrario, la sensación de aislamiento, de no ser querido o amado por los demás. Pareciera que hoy pasamos de la búsqueda por la felicidad a la búsqueda de seguidores o ser querido por los demás.
El Digital Wellness Institute señala que las empresas que no están educadas en bienestar digital generan unas dinámicas de comportamiento peligrosas en las que se ve que “55% de los trabajadores siguen conectados a las 11 de la noche enviando correos, mucho más del horario normal y tradicional de trabajo.
Ahora, estas dinámicas en las que se pretende que todo el mundo esté hiperconectado todo el tiempo han generado un cuestionamiento o debate sobre si las personas son adictas a la tecnología, absolutamente obsesionadas o están siendo más eficientes. Solo con hacer consciencia de la forma en la que se actúa puede dar alguna idea. Por ejemplo, sabían que las personas levantan su teléfono “más de 58 veces al día” para mirarlo y que “67% de los usuarios de smartphone chequean sus celulares de forma compulsiva así no haya sonado teléfono ni una notificación”. Esta obsesión compulsiva por estar mirando el teléfono ocasiona “50% de las interrupciones en el trabajo”. Ahora, esta dinámica se ocasionó porque “76% de los empleados nunca han recibido ninguna clase de entrenamiento” para saber cómo interactuar con la tecnología de forma sana.
Se ha evidenciado que después de la pandemia las personas pasaron de pasar una hora y media en promedio de tiempo en pantalla, a siete horas en promedio al día. El tema central aquí es que las dinámicas están generando nuevos hábitos y comportamientos, los que están afectando las emociones de las personas. Emociones que, además, afectan la memoria, la atención y la toma de decisión como lo verán en el libro a través de ejemplos.
El libro de “Bienestar Digital” explica cómo la tecnología puede afectar en forma positiva o negativa diferentes áreas de la vida, a través de la esfera de interacción de Bienestar Digital en sus siete ejes fundamentales: Bienestar mental y emocional; Bienestar físico; Atención, productividad y eficiencia; Comunicación digital; Ambientes de trabajo saludables; Relaciones y sociedad; y Ética y tecnología positiva.