Cuando estamos hablando de tecnología y Bienestar Digital, necesariamente tenemos que hacer la siguiente comparación: la información es como la comida. La forma en la que las personas consumen información se parece mucho a los efectos que se generan cuando se come de forma saludable o no. Hay información que puede sentar muy mal.
Haciendo las observaciones en las empresas en temas de bienestar y felicidad organizacional digital, hemos identificado que iniciar el día con noticias negativas o con un correo del jefe regañando por alguna situación, tiene un efecto interesante en las emociones de las personas durante el resto de su día. Es como si estuvieran desayunando todos los días con comida muy pesada y quedaran el resto del día indigestos o con gastritis.
También observamos el mismo fenómeno cuando se dan las llamadas “fake news”: estas son noticias que no tienen soporte o que son falsas, pero aun así las personas las tienen como ciertas, lo que genera nuevamente indigestión en las emociones por dicha información mal consumida.
Lo más complicado de esta situación es la falta de consciencia de las personas sobre qué tipo de información están consumiendo y los efectos que ésto genera en ellos, además de ser compartida con amigos, redes sociales, etc sin procesar o validar con la fuente, lo que hace que el efecto de indigestión por información se dé a niveles globales. ¿Podría pensarse que estamos enfermos al consumir información sin procesar?
Seguramente sí si se mira desde una perspectiva psicológica. Un claro ejemplo lo vivimos durante la pandemia del Covid, donde al principio era tal la desinformación que se habló hasta de conspiraciones, de un virus producido por un murciélago, de remedios extraños caseros, entre otros.
El tema es que, aunque las plataformas dan mucha información, si esta es asumida como real sin ser procesada se puede generar caos. Sucede lo mismo cuando una persona siente unos síntomas, los busca en internet y los resultados que arrojan van desde embarazo, algún síndrome extraño incurable, hasta cáncer, lo que genera más ansiedad en quien estaba buscando respuestas, en vez de ir directamente a la fuente.
Haciendo el doctorado los profesores Bennett, Briggs, y Triola, nos dan algunos lineamientos para literal “no comer entero” sino poder digerir la información y hacer un chequeo de lo que estamos consumiendo. Primer lineamiento: siempre que se lea una noticia, analizarla desde el contexto general, pues muchas veces se toman frases fuera del contexto y esto trae muchos inconvenientes a nivel de comunicación.
Segundo, considerar como lo más importante la fuente, si va a ir a internet a mirar síntomas que está sintiendo, verifique que la página sea de una institución médica o alguien con reconocimiento y que sea fiable en temas de la salud. Cuando no se verifica con la fuerte podríamos estar en el vecindario de los chismes o rumores. Tercero, analizar si la información puede estar parcializada, cada persona siempre da sus argumentos desde su percepción y su realidad, ya que puede haber tantas realidades como personas en el mundo.
Así que, la recomendación es escuchar a ambas partes de la historia. Esta recomendación en el contexto político ayudaría mucho a entender las posiciones e ideas de cada persona. Cuarto, tener en cuenta la utilización de las palabras, la sutileza del lenguaje.
La forma en la que se dicen las cosas trae consigo un tono y una intención, observar esto va a ser muy interesante para poder tomar decisiones sobre qué información consumir y cuál no. Esto sucede mucho en los resultados de encuestas.
Por ejemplo, si vemos que en una encuesta se les pregunta a las personas, ¿Cree que usted es una mala persona? Ya sabemos que hay varios que van a contestar de acuerdo a cómo quieren ser vistos, y que ser una buena o mala persona tiene criterios de evaluación subjetivos y parámetros de medición desconocidos.
Utilizar estos lineamientos va a ayudar mucho a que cuando se consuma información no cauce en usted mismo indigestión emocional, sino una correcta alimentación y consumo de información de forma consciente y responsable, que lo haga feliz.